Tener hijos es un momento de la vida que modifica los planes de una pareja de tal manera que algunas deciden hacer como un paréntesis más o menos rápido, tener en ese tiempo los dos o tres hijos que querían tener y luego seguir adelante con sus vidas.
Esto supone que muchas veces el segundo llega cuando el primero aún no ha cumplido los dos años, y esto no es recomendable ni para el bebé ni para la madre, y es objeto de debate en lo que a la disponibilidad de los padres se refiere. Vamos a hablar de todo ello:
El riesgo de tener el segundo bebé demasiado pronto
Son varios los estudios que han demostrado que los embarazos muy cercanos entre sí son más peligrosos que los otros. Uno de ellos lo comentamos hace dos años y en él vimos que en las mujeres que tuvieron otro bebé antes de 12 meses hubo un 20,1% de partos prematuros, que en las que lo tuvieron antes de los 18 meses sucedió en el 10% de las ocasiones y que en las que esperaron más de 18 meses sucedió en el 7,7% de los partos.
Estos datos contrastan con los que el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU. hizo públicos el año pasado cuando explicó que el 30 por ciento de las parejas estadounidenses no espera el tiempo suficiente entre embarazos.
Así, se concluye que lo ideal es esperar 18 meses después del parto para quedarse embarazada de nuevo, siendo aún mejor que la diferencia sean dos años, tal y como recomienda la OMS.
Pero también hay un máximo: a partir de los 59 meses (casi 5 años) el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer también aumenta, así como el riesgo de sufrir hipertensión durante el embarazo.
¿Será pequeño si vamos a por el segundo ya?
Es la pregunta del millón para aquellos padres que no quieren solo un hijo. ¿Cuánto tengo que esperar para buscar el segundo? ¿Será aún muy pequeño? Esto queda siempre a criterio de cada padre y cada madre, porque hay parejas que prefieren tenerlos rápido, liarse a criarlos todos de golpe y acabar antes con la fase de bebé, y otros que prefieren espaciarlo un poco, pasar de un bebé que deja de serlo a otro que acaba de nacer, y estar más años cuidando a pequeñines, pero con un poco más de calma.
Cuando a mí me lo han preguntado respondo siempre lo mismo, que el mínimo que (yo personalmente) considero recomendable es tres años, o lo que es lo mismo: buscar el embarazo cuando el primer hijo ha cumplido los dos años (o incluso un poco más), para que nazca a partir de los tres del anterior.
Lo explico así porque mis hijos nacieron con esa diferencia (tres años entre sí) y de ese modo lo que hicimos fue combinar la época en que uno dejaba el pañal y más o menos era ya un poco más mayor con los cuidados de bebé del que acababa de llegar.
Con tres años un niño es aún muy pequeño, está claro, pero es ya lo suficientemente mayor como para estar un poco "despegado" de su madre y necesitarla un poco menos, pudiendo tanto jugar solo a ratitos como llevar bien lo de quedarse con el padre o incluso con algún abuelo, tío o familiar con el que tenga un poco de confianza.
Con dos años esto es más complicado porque muchos están aún muy apegados a sus madres (son como un satélite orbitando siempre alrededor de ellas) y es un poco más complicado razonar con ellos, porque su entendimiento es más limitado. Vamos, que pueden llevar un poco peor eso de que, aún necesitando tiempo y cuidados, reciban menos por el nacimiento de un hermanito.
Y aún así, con tres años, habrá muchos niños que lo pasen relativamente mal, en parte por culpa de los padres, que al ver a un bebé chiquitín en casa pasamos a ver a nuestro pequeñín de tres años con otros ojos: como si de repente hubiera crecido un montón, fuera muy mayor y tuviera que tener unas responsabilidades, obligaciones y capacidades que hasta entonces no le habíamos pedido (os lo explico porque a nosotros nos pasó, y no es justo para ellos).
Así que, en definitiva, cada madre y cada padre pueden tener los hijos tan seguidos como prefieran, siendo recomendable (repito, a mi criterio, que no tiene por qué ser el mejor para el resto de familias) dar un poco de margen al primero para que crezca, sea un poco autónomo y no dependa demasiado de la madre (si es la que va a dedicar más tiempo al cuidado del nuevo bebé), y esperando si puede ser 18 meses al siguiente embarazo para disminuir el riesgo de que nazca prematuro o con bajo peso.