Uno de los errores más comunes que acompañan a toda embarazada es la falsa idea de que la cantidad de alimento que consume debe duplicarse. ¿Conoces otros mitos sobre esta etapa?
¿De dónde vienen los bebés? Esta pregunta fue un misterio incluso para las mentes más brillantes de la Antigüedad, el Medievo y buena parte de la Edad Moderna. A pesar de que se sospechaba que el sexo estaba ampliamente relacionado con el embarazo, el mecanismo a través del cuál se desarrolla un nuevo ser en el vientre materno fue una total incógnita hasta finales del siglo XIX, cuando Oscar Hertwig descubrió que el óvulo (antes era conocido como “huevo femenino”) requería de los espermatozoides que contenía el semen para fertilizarse y comenzar el complejo y maravilloso proceso de crear vida.
A pesar de que en la actualidad todos los rincones de la anatomía humana han sido estudiados con atención y conocemos en términos generales el mecanismo biológico para crear un nuevo ser vivo, existen algunos mitos que se mantienen presentes con respecto al embarazo. Aquí los más difundidos y que debes dejar de creer para disfrutar tu embarazo sin preocupaciones:
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“Tengo que comer por dos”
Uno de los errores más comunes que acompañan a toda embarazada es la falsa idea de que la cantidad de alimento que consume debe duplicarse, pues es imperativo “comer al doble” por el ser que se desarrolla dentro de ellas.
A pesar de que la demanda alimenticia de las mujeres embarazadas aumenta naturalmente en los primeros meses y es necesario un mayor aporte nutricional, la idea de “comer por dos” es errónea y puede provocar un aumento de peso que lejos de beneficiar, dificultará el trabajo de parto y la condición general de la madre. Lo mejor es comer con moderación y hasta sentir saciedad natural, ni más ni menos.
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Las náuseas y el sexo del bebé
Uno de los síntomas más aludidos por las mujeres embarazadas son las náuseas y una sensación de malestar general, común desde los primeros días y hasta las 16 semanas de gestación. La creencia popular afirma que esto se debe al sexo del bebé, asegurando que las niñas causan más molestias que los niños debido a que generan más hormonas; sin embargo, no existe evidencia científica para afirmar lo anterior. Tampoco es posible determinar el sexo a través de calendarios, dietas o la forma del vientre materno.
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La Luna, los eclipses y el embarazo
La noción de que el comportamiento de los astros tiene alguna influencia en el embarazo es aún motivo de preocupación y dudas en el consultorio médico. En realidad, se trata de un mito cuyos orígenes se remontan a la Antigüedad, cuando distintos pueblos encontraban en el movimiento de los astros una especie de calendario que les daba certeza sobre distintos fenómenos como el tiempo de lluvias, cosechas o la llegada de una estación.
Otros mitos asociados con la bóveda celeste afirman que una mujer embarazada no debe ser expuesta a un eclipse, pues puede perjudicar al bebé, o que es más sencillo quedar embarazada en Luna Llena. Todas estas creencias son parte del origen de la astrología (la práctica pseudocientífica de que los astros influyen en la vida de las personas y es posible adivinar el futuro), pero de ninguna manera se trata de una influencia real.
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Tu cuerpo no volverá a ser el mismo
Una inquietud estética común relacionada con el embarazo es la forma del físico. A pesar de que en el embarazo el cuerpo femenino se transforma radicalmente, es enteramente posible recuperar el mismo aspecto físico que antes de estar embarazadas con una alimentación balanceada acompañada de actividad física recurrente. El embarazo no ensancha las caderas ni provoca acumulación de grasa de forma permanente en los pechos, el abdomen o cualquier otra parte del cuerpo. Estos cambios son propios de la edad, no del embarazo ni del parto.