Dar vueltas en la cama sin lograr dormir, ver pasar las horas nocturnas y no descansar, llegar el día y pasarlo cansada por no haber conciliado el sueño... Estos síntomas de insomnio son más probables si estás embarazada. Por ello vamos a hablar de insomnio durante el embarazo y de sus causas.
Y en primer lugar, hemos de tener claro, ¿cuándo hablamos de insomnio? ¿Es lo mismo "dormir mal" que tener insomnio? Literalmente 'insomnio' significa “falta de sueño a la hora de dormir” (del latín, 'insomnium'), pero en la práctica este término se usa con muchos significados, lo cual nos puede llevar a confusión.
Por ello, si no sabes si tienes insomnio o algún otro trastorno del sueño, lo cual vamos a intentar desvelarte en estas líneas, lo mejor es que acudas al especialista para que haga una evaluación y diagnóstico. Aunque, con suerte, lo más probable es que simplemente estés pasando una etapa complicada de "dormir mal" y podemos ayudarte a conseguir remediarlo mediante unos consejos para descansar mejor durante el embarazo.
Lo que es casi seguro es que, si estás embarazada, sufras algún trastorno del sueño. Según los estudios, más del 85% de las embarazadas padecen cambios en su patrón de sueño en algún momento de la gestación. El trastorno del sueño que muestra una mayor prevalencia es la sintomatología de insomnio: latencia de sueño, despertares nocturnos y sueño poco reparador.
El síndrome de piernas inquietas, los ronquidos, la excesiva somnolencia diurna... son otros de los motivos que señalan las gestantes para ese "mal dormir". Pero veamos en primer lugar qué se entiende por insomnio.
¿Tengo insomnio?
Por su compleja naturaleza, es difícil establecer una definición unitaria y definitiva de "insomnio", que englobe todas sus características. Además, existen varios tipos de insomnio. Pero puede que si lo que presentas es una queja subjetiva de dormir mal y no se dan varios de los síntomas que enumeramos a continuación, no tengas propiamente insomnio.
Según la Clasificación Internacional de los Trastornos de Sueño publicada en 2014, el insomnio se define como una dificultad persistente en el inicio del sueño, su duración, consolidación o calidad que ocurre a pesar de la existencia de adecuadas circunstancias y oportunidad para el mismo y que se acompaña de un nivel significativo de malestar o deterioro de las áreas social, laboral, educativa, académica, conductual o en otras áreas importantes del funcionamiento humano.
En la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Insomnio en Atención Primaria se señala que no debería confundirse "insomnio" con la privación o falta de sueño voluntaria o impuesta, ni con la “queja de dormir mal” en la que no existe una repercusión en el funcionamiento al día siguiente. En este documento se define el insomnio como:
un estado de hiperalerta o trastorno de la vigilancia que dura las 24 horas del día, por lo que es característica la dificultad para dormir también durante el día.
Y es que, aunque durante el embarazo el cuerpo sufre muchas transformaciones, nuestra cabeza da muchas vueltas y vas a tener dificultades para dormir en algún momento del mismo (y durante más de una noche), esto no significa que tengas insomnio si no se cumplen otros síntomas. Las características nocturnas del insomnio son las siguientes:
+ Dificultades para conciliar el sueño
+ Dificultades para mantener el sueño (despertares frecuentes o problemas para volver a conciliar el sueño después de despertar)
+ Despertar final adelantado, con incapacidad para volverse a dormir
+ Sueño no reparador
+ El problema de sueño se produce como mínimo tres noches a la semana
Durante el día, las características del insomnio incluyen:
+ Fatiga
+ Síntomas de ansiedad y depresión
+ Disforia (desarreglo de las emociones o emoción desagradable o molesta)
+ Déficits leves de atención y concentración
+ Además, aunque son síntomas menos frecuentes o determinantes, están los déficits de memoria, déficits en funciones ejecutivas, excesiva somnolencia.
Otra característica asociada al insomnio son los rasgos de personalidad tendentes a la preocupación. Como vemos, el insomnio se asocia a otros trastornos que afectan a la calidad de vida, a la capacidad laboral...
Si crees que cumples estas características, probablemente estés padeciendo insomnio. Y te preguntas qué puedes tomar y qué no para evitar el insomnio en el embarazo, lo cual te explicaremos en un nuevo artículo. Por el momento, veamos los motivos que te llevan a dormir mal en el embarazo.
RECUERDA: LO PRIMERO ES QUE UN ESPECIALISTA CONFIRME TU INSOMNIO Y TE ACONSEJE EN TU CASO PARTICULAR, YA QUE EL VERDADERO INSOMNIO REQUIERE UN ABORDAJE PERSONALIZADO.
Causas de insomnio en el embarazo
Tardar en dormirse, despertarse a menudo durante la noche y dificultades para volver a conciliar el sueño, despertarse antes de hora... Esto que sufren muchas mujeres embarazadas (más del 85%), sobre todo en el tercer trimestre (aunque no exclusivamente), tiene sus causas.
Las causas más habituales de insomnio durante el embarazo son el aumento de la frecuencia urinaria, los dolores de espalda, el reflujo gastroesofágico, el síndrome de piernas inquietas, las náuseas y vómitos (durante el primer trimestre del embarazo) y los movimientos fetales (durante el tercero).
El problema de las náuseas y vómitos es mucho más frecuentes en el primer trimestre que en otras etapas del embarazo y afecta a algunas mujeres incluso por la noche, dificultando el sueño. Para controlar las náuseas recuerda no tumbarte justo después de las comidas, cenar poca cantidad y alimentos poco grasos, tomar galletas de jengibre (remedio natural contra las náuseas) y aquellos alimentos que no te provoquen repulsión...
El reflujo gastroesofágico afecta a más del 53% de las embarazadas por la noche, dificultando el sueño. Las hormonas del embarazo y el poco espacio en el estómago provocan digestiones más largas y pesadas. El reflujo se caracteriza por una sensación de ardor en el pecho o la garganta denominada 'acidez', incluso e ocasiones se puede sentir el sabor del líquido del estómago en la parte posterior de la boca, porque este líquido "sube". Algunas maneras de disminuir esta molestia es evitar las comidas abundantes, condimentadas, grasientas o ácidas; no comer justo antes de acostarse; llevar ropa holgada; dormir con el tronco elevado levemente...
Durante el embarazo se orina con más frecuencia a lo largo del día y como es lógico esto también sucede por la noche. Los motivos son principalmente el aumento del volumen de líquidos en el organismo de la embarazada y el incremento del volumen del útero, que cada vez presiona más a la vejiga. Cerca de un 70% de las mujeres embarazadas indican que este es un motivo de insomnio. Aun así, no te prives de beber agua en el embarazo ya que necesitas estar bien hidratada (y orinar depura las toxinas del organismo), pero procura no beber tanto por la noche, antes de acostarte y ve al baño justo cuando te entre el sueño.
Los dolores de espalda y otras molestias musculares relacionadas con el incremento del volumen uterino (el cuerpo tiene que buscar un nuevo equilibrio debido al aumento del abdomen y la curvatura de la columna) también influyen en las dificultades para dormir. Durante la gestación, sobre todo en el tercer trimestre, aumentan dolores, no se encuentra la postura, se sufren pinchazos, calambres en pies y piernas... Cerca del 50% de embarazadas aducen estas causas de insomnio.
Los movimientos fetales también dificultan el sueño en un 41% de casos. Aquello que te pareció un increíble y emocionante sobresalto alrededor de las 18 o 20 semanas de embarazo puede no resultar tan divertido si los movimientos del bebé en el vientre te empiezan a hacer daño en las costillas y esto te impide dormir unas cuantas noches seguidas. Por suerte, también el bebé parece relajarse durante las horas nocturnas (siempre que la madre también lo logre, lo cual como vemos no es fácil).
Síndrome de piernas inquietas, una sensación desagradable de que las piernas no pueden permanecer paradas cuando se está en reposo. La embarazada nota una sensación de hormigueo, quemazón... y la única manera de remediarlo es mover la piernas, a veces se hace incontroladamente porque alivia. En casos extremos puede afectar también a los brazos. Se calcula que el síndrome de piernas inquietas afecta a un 30% de las embarazadas y los cambios hormonales pueden estar detrás de ello (unido a unos posibles niveles de hierro bajos, cambios en la estructura de la pelvis...). Lo que se puede hacer para evitar esta molestia es realizar la suficiente actividad física durante el día, de modo que haya un mejor descanso.
Otro motivo reportado por las embarazadas para el mal descanso en el tercer trimestre son los ronquidos. Ojo si existe problema de apnea del sueño o una hipertensión subyacente o una diabetes, hay que consultar con el médico. Lo que sucede es que los cambios en la mucosa de las vías respiratorias debidos a la secreción excesiva y a la mayor cantidad de flujo sanguíneo predisponen tanto a la ronquera como a la obstrucción de las vías altas.
Además, se ha encontrado una mayor prevalencia de síntomas de insomnio entre las multíparas y las mujeres que no practican ejercicio físico. El aumento de la frecuencia cardíaca también puede tener que ver en mantener a la mujer en un constante estado de alerta y con menos sueño. Finalmente, hay estudios que señalan que que el aumento de estrógenos y progesterona disminuye el sueño profundo.
En definitiva, que te cueste dormir bien en el embarazo es algo normal y si la falta de sueño afecta a tu calidad de vida y durante el día tu cuerpo y tu mente se resiente, es posible que sufras insomnio. En cualquier caso, pronto te contamos qué puedes tomar contra el insomnio estando embarazada y qué remedios existen, sin riesgos, para dormir lo mejor posible. Un adelanto importante: no te automediques ni tomes cualquier cosa que te digan que sirve para descansar.
Vía: Bebés y más