De acuerdo con los científicos rusos, este parásito ayuda al pez a mantenerse vivo y a salvo de sus depredadores, pero cuando el Diplostomum pseudospathaceum –nombre de este singular enemigo- madura, entonces incita al pez para que éste sea devorado por un pájaro.
¿Por qué un pájaro? Este parásito vive en tres tipos de animales. En primer lugar, se aloja en el tracto digestivo de los pájaros y desprende sus huevos en las heces de los mismos. En primer lugar, se aparean en el tracto digestivo de un pájaro, desprendiendo sus huevos en sus heces. Luego las larvas nacen en el agua y buscan caracoles de agua dulce para infectar. Finalmente se desarrollan y multiplican en los caracoles para liberarse y habitar en los peces. Ahí viajan, se esconden en el ojo y empiezan a tejer su maquiavélico plan y así el pues muere devorado y el parásito vuelve a iniciar su ciclo.
Los científicos descubrieron al parásito porque los peces infectados tenían un comportamiento distinto al de los sanos, nadaban más lento y se mantenían más cerca de la superficie del agua. Cuando los científicos simularon el ataque de un pájaro, todos los peces sanos se congelaron para no ser “detectados”, mientras que los infectados seguían nadando. Este comportamiento hace que los pájaros los encuentren y se los coman.
Lo que parece más tétrico es que mientras el parásito es joven guarda un rasgo de “inocencia” y sólo quiere proteger al pez, pero cuando madura, algo le dice que ha llegado el momento para abandonar a su huésped y la mejor forma de hacerlo es induciéndolo a la muerte.
VÍA: New Scientist | CE