Estos animales multicolores no solo tienen importancia biológica para los ecosistemas, este recurso natural es una extraordinaria oportunidad para la posible planeación y activación de un segmento turístico llamado turismo de observación de aves, turismo ornitológico o simplemente orniturismo.
Este segmento del turismo se ha convertido en los últimos años en una tendencia a nivel mundial, ya sea como una motivación especial, para los amantes de observar aves, para los que gustan y disfrutan de la fotografía o como una actividad complementaria dentro del turismo de naturaleza, incluso para el ámbito de la educación ambiental.
En México es poco conocido y por ende la práctica es casi nula a diferencia de países como Costa Rica y Canadá que llevan desarrollando dicha actividad con un enfoque más especializado a la investigación y son pioneros en el rubro. Las ventajas del crecimiento de este tipo de turismo para las poblaciones Morelenses son bastantes, entre ellas: la concientización de las comunidades receptoras (sociedad, sector privado y político) para proteger sus recursos naturales y, a su vez, incrementar la actividad turística en las Áreas Naturales Protegidas (ANP), las cuales la mayoría de estas se encuentran inmersos muchos pueblos y tal actividad llevada a cabo de una manera y además sustentable impactaría positivamente en su economía. La convivencia y la responsabilidad del turista con la naturaleza, en particular con las aves y, asimismo, el conocimiento que obtienen sobre la conservación de estos hábitats.
En nuestro estado de Morelos existen cinco ANP federales: la Reserva de la Biósfera Sierra de Huautla, el Área de Protección de Flora y Fauna Corredor Biológico Ajusco-Chichinautzin, y los Parques Nacionales Lagunas de Zempoala, Tepozteco e Iztaccihuatl-Popocatepetl, además de áreas protegidas a nivel estatal y otras zonas naturales con gran diversidad de avifauna como las numerosas y extensas barrancas de Cuernavaca.
Al caminar dentro de estas zonas podemos encontrarnos, en pocos minutos, inmersos en un mundo de sonidos y colores a los que ya no estamos acostumbrados, y observar entre las ramas y arbustos aves de variadas tonalidades, como el pájaro bandera (Trogon elegants), pájaro vaquero (Piaya cayana), urraca azul (Calocitta formosa), pájaro raqueta (Momotus mexicanus), calandrias (Icterus cucullatus), perlita azulgris (Polioptila caerulea), además de pájaros carpinteros, gavilanes, búhos, primaveras, correcaminos, chachalacas, entre otros.
El orniturismo con una adecuada planeación es una gran oportunidad para potenciar la llegada de turistas a nuestras comunidades y ANP; el posicionamiento del estado de Morelos como un territorio consciente de su biodiversidad es posible si se desarrolla un turismo sustentable que incluya a la sociedad, el sector privado, gobierno y sector académico con la intención de revalorizar nuestros recursos naturales.
FOTOS:
PÁJARO BANDERA (Trogon elegants) Llamado así por sus llamativos colores verde, blanco y rojo. Foto tomada en la Reserva de la Biósfera Sierra de Huautla.
PÁJARO VAQUERO (Piaya cayana). Su tamaño oscila entre los 40 y 46 cm. Relativamente abundante y fácil de observar en las barrancas de Cuernavaca. Foto tomada en la barranca “El chiflón de los caldos”, en Cuernavaca.
PÁJARO RAQUETA (Momotus mexicanus). Anida en huecos que ellos mismos cavan en paredes de tierra a los costados de caminos y barrancas. Sus rectrices, o plumas de la cola, terminan en forma de raqueta. Foto tomada en la barranca “El chiflón de los caldos”, en Cuernavaca.
PERLITA AZULGRIS (Polioptila caerulea) Pequeña ave que se alimenta principalmente de insectos. Foto tomada en la barranca “El chiflón de los caldos”, en Cuernavaca.
Texto y fotografías:
Mtro. Omar Paniagua Sotelo y Mtro. Carlos Osorio Alonso
Profesores de la Escuela de Turismo UAEM y
Fernando Ruiz Vázquez
Egresado de la Escuela de Turismo UAEM