Al sur de Cuernavaca, desde la actual Plaza de las Guacamayas hasta la calle Humboldt, se extiende el territorio que encantó al Gral. Lázaro Cárdenas del Río y a su esposa Amalia Solórzano, se trata de la colonia Palmira. Este personaje estableció su rancho y casa de descanso en la capital morelense mientras fungía como Presidente de la República Mexicana. En el año de 1933, el matrimonio Cárdenas - Solórzano, concibió a su primogénita. Esta fue nombrada “Palmira”, en honor al territorio que tanto les fascinaba y que tanta alegría les había brindado. Sin embargo, la pequeña falleció al poco tiempo dada su condición prematura; pero siempre estuvo en la memoria del General.
Palmira era un auténtico paraíso y dada su cercanía con el Río Apatlaco, era propicio para la siembra de caña de azúcar, arroz, entre otros. En el florecían gran variedad de frutos comestibles como la guayaba, la naranja y la toronja. Además había diversidad de árboles frutales como mandarinas, chicozapotes, mangos, limones, membrillos y nueces, los cuales embellecían la zona y le daban características únicas; también abundaban especies animales (hoy día extintas), tales como changos, gatos montés y guacamayas. Más tarde, Cárdenas donó parte de sus terrenos para establecer la Escuela Normal Rural para Señoritas, hoy mejor conocida como Escuela Secundaria Técnica No. 1 Internado Palmira.
Durante su mandato como presidente (y también fuera de el), Cárdenas se dirigió con total rectitud pensando en lo que era lo mejor para el país y nunca se dejó llevar por sus afectos personales. Incluso antes de ser presidente, se dio a la tarea de hacer una gira por todo México para presenciar el mismo las problemáticas por las que pasaba la gente día a día y una vez obtenida la contienda, continuó con esta labor y realizó en beneficio del país diversas acciones como: la nacionalización y expropiación de la industria petrolera, la consolidación de las bases del funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario, la creación el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el reparto de tierras entre los campesinos.
En Cuernavaca, aún quedan los restos de la “Casa Palmira”, la residencia de descanso del Gral. Lázaro Cárdenas, una vieja casona de gruesos muros de tabique, madera y teja, con altos espacios y rodeada por una hermosa terraza, grandes y verdes jardines y una espectacular alberca con altos trampolines; misma que fue testigo del nacimiento de ideas que cambiaron de forma significativa la historia de México.
Ahí se tomó la decisión de expulsar del país a su antecesor, el ex presidente Plutarco Elías Calles; la radical decisión de cerrar los casinos en el país (incluido el Casino de la Selva también en Cuernavaca) y principalmente, fue en el kiosco de esta casa donde Lázaro Cárdenas firmó el decreto de expropiación de todos los recursos del subsuelo, en especial del petróleo.
Morelos es un estado cultural y destino turístico por excelencia y es por ello que estudiantes con iniciativa de la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), la Fundación Palmira y autoridades educativas, se han interesado en realizar gestiones para desarrollar un producto turístico-cultural en Palmira; donde además de rehabilitar, resturar y resaltar el valor histórico del inmueble, se contribuirá a la creación de un espacio para la impartición de talleres, acercamiento a la historia, arte y cultura del país, principalmente del Estado; así como un museo temático en este hermoso lugar.
Si estas interesado en participar en este proyecto cultural, te invitamos a que te acerques con nosotros y juntos podamos continuar impulsando el Cuernavaca cultural que necesitamos.
Nancy Karina Rojas Peñaloza
Estudiante Escuela de Turismo UAEM
