“Es un gran proyecto, un proyecto ambicioso”, explica Kevin Smith, CEO de SolarReserve. Su compañía levantó la planta solar Crescent Dunes en Tonopah (Nevada), célebre por haber calcinado 130 pájaros durante su primera prueba de funcionamiento. Su nuevo proyecto, Sandstone, colocará otros 100.000 heliostatos cerca de Las Vegas para concentrar los rayos del sol en 10 torres equipadas con un sistema de almacenamiento de energía.
La tecnología térmica de SolarReserve almacena la energía solar en sales fundidas a más de 700 °C, que luego hierven agua para mover una turbina de vapor que hace funcionar los generadores eléctricos. A diferencia de los paneles fotovoltaicos, los sistemas termosolares de concentración permiten generar electricidad las 24 horas del día, es decir, incluso por la noche.
Gracias a este método, una planta del tamaño de Sandstone podría producir entre 1.500 y 2.000 megavatios de potencia, suficientes para abastecer a un millón de hogares. “Esa cantidad de energía es tan grande como la de una central nuclear o la presa Hoover. Es mucho más grande que cualquier otra instalación solar existente en la Tierra”, dice Smith.
El CEO de SolarReserve busca una inversión de 5.000 millones de dólares para empezar con la construcción de Sandstone en dos o tres años. Smith estima que el proyecto ocupará 6.500 hectáreas, lo que tiene preocupados a los ecologistas de Solar Done Right (por su posible impacto ambiental en el desierto de Nevada, recordemos a esos pobres pájaros).
Ivanpah CSP, la actual planta solar térmica más grande del mundo, no está muy lejos de allí. Es un proyecto gigantesco en el que participan NRG Energy, Google y BrightSource. Cuenta con 173.000 heliostatos y tres torres de concentración, pero solo produce 392 megavatios. La empresa está teniendo serios problemas para recibir los subsidios del gobierno, pues no cumple con las expectativas contractuales de producción de energía. | Gizmodo