Hace unos días Microsoft mandó, de manera obligada, una actualización de Windows 10 a todas las computadoras que tuvieran un sistema operativo anterior éste.
Básicamente lo que ocurría era que se abría una ventana que decía que se recomendaba actualizar, sin embargo, al presionar el botón de cerrar ventana (para ignorar el mensaje) se ejecutaba sin permiso el cambio a Windows 10.
Las quejas de los usuarios llegaron lejos, tanto, que Microsoft tuvo que dar marcha atrás con este “truco sucio”.
La empresa de Bill Gates implementó esta estrategia tan agresiva debido a que para el 28 de julio la actualización de Windows 10 dejará de ser gratuita. Aunque eso no le importa a millones de usuarios de todo el mundo, pues no están interesados en cambiar su sistema operativo.
La explicación que dio la empresa es que a inicios de la semana la actualización apareció como “recomendada”. Se ejecutaba en automático, debido a que muchos usuarios configuran sus equipos para que los cambios se apliquen al momento de apagar la PC.
Al momento de su lanzamiento Windows 10 alcanzó 75 millones de descargas.
¿Se puede hacer algo?
Sí ya se instaló, no hay remedio.
Para evitar más críticas Microsoft agregó un botón que permite cancelar o programar la actualización. De esta manera el usuario puede elegir si quiere o no Windows 10.
En mi caso, la actualización comenzó en medio de una sesión de trabajo y no la podía detener porque entró de manera automática. De hecho, ejecutó una especie de reinicio de equipo. Lo único que pude hacer fue desconectar la computadora (no es recomendable pero fue efectivo).