La obsolescencia programada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante. Además, es una estrategia que usan las empresas para asegurarse las ventas futuras y una sombra, cada vez más alargada, que persigue a las compañías tecnológicas, que suelen negar su existencia.
POCA VIDA ÚTIL
No es el caso de Apple, que, en un gesto sin precedentes, ha reconocido en su página web que sus iPhones, iPads y Apple Watchs tienen una vida estimada en unos 3 años. En el caso de los Macs (los ordenadores), su vida útil se alarga hasta los 4 años. La compañía de Cupertino lo explica en el apartado de preguntas y respuestas referentes a la sostenibilidad de sus productos en su sitio web.
“Los años de duración de para los primeros propietarios son 4 para los dispositivos con entorno operativo OS X y TVOs -ordenadores y televisores- y 3 para los dispositivos iOS y WatchOS -teléfonos, tabletas y relojes- “, explica el gigante tecnológico.
Eso no significa forzosamente que los teléfonos, por ejemplo, dejan de funcionar justo cuando llevan 3 años exactos funcionando. Apple se refiere al tiempo de uso medio de sus productos, ergo, no es del todo exacto decir que el iPhone “se rompe en 3 años”. ¿El tuyo cuanto ha durado?