Los usuarios de este aparato sabemos que una carga al día no es suficiente, entonces redondeando, gastará mil watts al mes. Suponiendo que todo lo consumimos en una hora, el aparato en cuestión consume un kilowatt hora, cada mes.

Ese kilowatt hora, la CFE, comandada por Enrique Ochoa Reza, lo vende a las casas este verano a 1.07 pesos, casi dos centavos más barato que un año antes.

Si el dueño del iPhone lo carga en la oficina, el costo es de aproximadamente 1.33 pesos al mes, 40 centavos menos que hace 12 meses.

Las tarifas eléctricas aquí bajan rápidamente.

Cargar el aparato en una casa estadounidense costaría el equivalente a 2.14 pesos por mes, de acuerdo con cifras del Departamento de Energía de la nación vecina. Claro, lo caro del dólar cuenta mucho. Pero allá las tarifas aumentaron, no cayeron.

La CFE bajó agresivamente el precio de la electricidad a la industria y moderadamente a las casas.

Esa baja ya tuvo una repercusión. Los ingresos de la CFE bajaron casi 10 por ciento en el primer semestre del año. ¿Pero afectó eso el negocio? Los reportes financieros de la empresa, firmados por su director de finanzas, Jaime Hernández, y por el mismo Ochoa Reza, dicen que poco.

El resultado bruto se mantuvo en 43 mil millones de pesos, con una baja marginal este año. Eso es ingresos menos gastos en el primer semestre.

¿Por qué si cayeron los ingresos, casi no bajó la utilidad de operación? Porque el costo de explotación bajó también. De 118 mil millones a 104 mil millones de pesos. Disminuyó el precio del gas natural, que sirve para generar energía.

¿Seguirán bajando las tarifas? Difícilmente, de hecho deben subir. Son 2 mil 300 millones de dólares de compromisos de inversión que ya firmó la CFE sólo en lo que va del año para construir gasoductos que permitan importar más gas. Alguien debe pagar: La CFE, el gobierno, los consumidores, o todos juntos. | elFinanciero