¿Qué es?
Es la última tableta Android de Samsung en su intento por hacerse un hueco en este mercado. Viene en dos modelos: de 10,5 pulgadas (en la foto de arriba, el que hemos probado a fondo durante casi dos semnas) y de 8,4 pulgadas, pensado para competir con el iPad Mini.
¿Por qué es importante?
A diferencia de lo que ha ocurrido en móviles, ni Samsung ni ningún otro fabricante ha podido de momento arrebatarle el liderazgo al iPad en tabletas. El momento en el que llega el Galaxy Tab S es crucial. Justo cuando las ventas del iPad han comenzado a flaquear, Samsung presenta su mejor tableta hasta ahora, un equipo cuyo gran diferenciador es una espectacular pantalla con resolución de 2560 x 1600 píxeles. Es, sin duda, la mejor pantalla ahora mismo en una tableta de 10 pulgadas.
Diseño
Empecemos por lo menos bueno, que no malo. El diseño del Galaxy Tab S no es precisamente increíble, sigue la línea comenzada con el Galaxy S5, con la misma cubierta trasera de plástico agujereada que recuerda… errr.. sí, a una tirita. Sin embargo, al tacto (un plástico suave y acolchado) resulta bastante agradable.
No podemos decir lo mismo del sistema para proteger la tableta con una funda: dos agujeros en la parte trasera activados por muelles. Es lo más incómodo y molesto que hemos probado, especialmente por el preocupante ruido a engranaje roto que se oye al acoplar o desacoplar la funda. ¿Por qué no unos sencillos imanes? Microsoft también ha optado por ellos en el Surface y funcionan a la perfección.
La pantalla del Galaxy Tab está rodeada y protegida por un marco metálico que sobresale ligeramente en el frontal (un bonito detalle habría sido eliminar ese desnivel respecto a la pantalla). Y, puestos a pedir, una elección de colores más elegante no habría estado nada mal. En el modelo dorado, por ejemplo, los marcos laterales son demasiado dorados y el contraste con el resto de tonos es muy poco atractivo.
Todo esto se olvida al instante cuando te fijas en los dos puntos fuertes de esta tableta: grosor y pantalla. El Galaxy Tab S tiene solo 6,6 milímetros de grosor, menos que el iPad Air (7,5 mm). Pesa también muy poco, 465 gramos, prácticamente igual que el Air de Apple. Manejar una tableta así de fina y ligera es un pequeño lujo.
La pantalla es lo que realmente diferencia a esta tableta de toda la competencia. Es un panel Super AMOLED con resolución WQXGA, es decir, 2560 x 1600 píxeles. Eso son 359 píxeles por pulgada (ppp) en el modelo de 8,4 pulgadas y 288 ppp en el de 10,5. Por comparar, el iPad Mini tiene 324 ppp y el iPad Air 264 ppp.
Por lo demás, no hay grandes sorpresas y Samsung ha optado por seguir la línea de anteriores modelos, con un ligero aumento de especificaciones. El Tab S cuenta con cámara trasera principal de 8 megapíxeles y frontal de 2,1. Incluye microSD, puerto microUSB y un receptor infrarrojos para utilizar el equipo como mando a distancia del televisor. También utiliza el mismo sistema de lector de huellas del Galaxy S5. E incluye dos altavoces estéreo, uno en cada lateral de forma que si sostienes la tableta en modo apaisado, quedan a cada lado en la parte superior y no los bloqueas con la mano. Bien, aunque una pena que no sean de gran calidad (más sobre eso debajo).
Utilizándolo
Es imposible no hablar del Galaxy Tab S sin empezar por la pantalla. Es la mejor pantalla que hemos probado hasta ahora en una tableta. De lejos. Es muy brillante, lo cual va perfecto para utilizar en exteriores y, pese a ello, los negros siguen siendo profundos y el contraste de colores espectacular. Y no lo decimos solo nosotros. DisplayMate ha hecho un análisis puramente técnico y pormenorizado de la pantalla y la ha declarado la mejor hasta ahora en una tableta.
Tal vez lo que más decepciona es que una pantalla así, ideal para ver películas y vídeos, no venga acompañada de unos buenos altavoces. Como decíamos antes, la ubicación de los mismos es correcta, no los llegas a bloquear con las manos en modo apaisado, pero la calidad de sonido deja bastante que desear. Incluso estando en una habitación con muy poco ruido, es difícil entender bien los diálogos de una película o lo que dicen en un vídeo. Si Samsung hubiera equipado el Galaxy Tab S con dos altavoces de calidad, el dúo pantalla-sonido habría sido de 10. Toca ponerse auriculares.
En cuanto al software, Samsung ha mejorado mucho el interfaz TouchWiz, hasta el punto que recuerda bastante al stock Android. Aún así, se echa en falta más trabajo en el frente de la optimización de las aplicaciones y el hardware. Cambiar rápidamente entre la pantalla de inicio, la sección de ajustes o los menús de aplicaciones entrando y saliendo de ellas lleva a pequeños saltos y retardos que acaban amargando la navegación. Esto ocurre a pesar del potente procesador Qualcomm Snapdragon 800, por lo que todo parece que es un claro problema de optimización que los desarrolladores de Samsung deberían tener en cuenta.
Respecto a las aplicaciones por defecto incluidas por Samsung, hay de todo. En general no hay "crapware" innecesario y las novedades, como el diseño estilo revista de contenidos y noticias, son realmente útiles. La función Adaptive Display, por ejemplo, que ajusta automáticamente el brillo y balance de blancos de la pantalla dependiendo de lo que estés leyendo (una página web blanca, una película a todo color etc), es una gran idea.
Galaxy Gifts y Galaxy Essentials ofrecen acceso a contenidos y aplicaciones recomendadas. Lo malo es que, dependiendo del país en el que te encuentres, habrá más o menos contenido local y ofertas en Galaxy Gifts. Cuestión de que Samsung vaya cerrando poco a poco acuerdos a nivel local.
Hay otros detalles de software que no son tan positivos, como que Samsung siga empeñado en incluir su propio navegador cuando cualquiera que utiliza Android (e incluso iOS) lo único que quiere es ir directamente a Chrome. ¿Por qué incluir estas opciones cuando sabes que tus usuarios prefieren otras? Otra función, como Side Sync, que permite sincronizar la tableta con tu móvil Samsung, es buena idea, pero incompleta. Lo ideal sería sincronizar el Galaxy Tab S con cualquier móvil Android, no solo un Galaxy.
En el frente del rendimiento, además de los pequeños retardos a la hora de alternar apps o hacer multitarea, no hemos encontrado mayor inconveniente. Parece que la capa de software de Samsung no está 100% optimizada, algo que se podría solucionar en próximas actualizaciones.
Respecto a la batería, es otro de los puntos fuertes. Samsung promete sobre el papel 12 horas de duración en reproducción de vídeo para el modelo de 10,5 pulgadas. Reproduciendo un vídeo continuo y a un 60% de brillo de pantalla (con la WiFi conectada), hemos logrado casi 11 horas y media. Es decir, con un brillo al 50% y la WiFi desconectada probablemente habríamos superado las 12 horas. En un uso normal en el día a día (navegación, reproducción de vídeo, emails y algún juego ocasional) el Tab S ha aguantado tranquilamente casi 2 días sin tener que volver a cargar. Bien.
Nos gusta
- Por supuesto, la pantalla. No nos cansaríamos de repetirlo, es impresionante (en la imagen de arriba, el Galaxy Tab S de 8,4 pulgadas y, debajo, el de 10,5). Si eres de los que ves muchos vídeos, películas, series o juegas con la tableta, notarás la diferencia.
- El mínimo grosor hace del Galaxy Tan S una de las tabletas más cómodas de sostener y manejar.
- La personalización del software ha mejorado mucho respecto a anteriores tabletas y funciones como Galaxy Gifts o el panel de acceso único a email, calendario y aplicaciones de productividad son novedades bienvenidas.
- La batería no te deja tirado.
No nos gusta
- La calidad del sonido es decepcionante, sobre todo con una pantalla así.
- Aún sobran muchas aplicaciones y se necesita subir un peldaño en el frente de optimización, para que toda la navegación sea fluida.
- El diseño podría estar bastante más pulido. Detalles como el sistema de anclaje a las fundas, marcos laterales sobresaliendo por encima de la pantalla o la carcasa trasera de plástico son algunos ejemplos.
- El precio: 500 euros/dólares por el modelo de 10,5 pulgadas o 400 euros/dólares por el de 8,4. Demasiado caro.
¿Merece la pena comprarlo?
Si eres de los que ve muchos vídeos y películas en la tableta o juegas a juegos en HD, la respuesta es sí. Ya solo por la pantalla y lo fino y manejable que es el Galaxy Tab S, merece la pena. Si no, sería bueno que miraras alternativas y te lo pensaras dos veces.
El Galaxy Tab S de 10,5 pulgadas es 20 euros más caro que el iPad aunque el mismo precio en dólares. El de 8,4 pulgadas sí sale mucho más caro comparado con el iPad Mini (111 euros/100 dólares más caro).
Si estás buscando una mini-tableta, el iPad Mini será tu mejor opción (o tal vez el Kindle Fire de 8,9 pulgadas si eres fan de Amazon). Si buscas una tableta de 10 pulgadas independientemente de la calidad de pantalla, el Galaxy Tab S es un serio candidato, pero aún no el ganador indiscutible. De una u otra forma, el iPad al fin se las tendrá que ver con un serio competidor.
Especificaciones
- Sistema operativo: Android 4.4.2 con TouchWiz UI.
- Procesador: Exynos 5 Octa (1,9 GHz QuadCore y 1,3 GHz Quadcore) o Qualcomm Snapdragon 800 a 2,3 GHz Quadcore, dependiendo del modelo (LTE o no) y país.
- Pantalla: 8,4-pulgadas o 10,5 pulgadas, 2560 x 1600 píxeles, Super AMOLED.
- RAM: 3 GB
- Almacenamiento: 16 o 32 GB + microSD hasta 128 GB
- Cámara: 8 MP trasera/2 MP frontal
- Batería: 4.900 mAh (modelo 8,4 pulgadas) / 7.900 mAh (modelo 10,5 pulgadas)
- Tamaño: 212,8 x 125,6 x 6,6 mm (modelo 8,4 pulgadas) / 247,3 x 177,3 x 6,6 mm (modelo 10,5 pulgadas)
- Peso: 294 gramos (modelo 8,4 pulgadas) / 465 gramos (modelo 10,5 pulgadas)
- Precio: Desde 400 €/$ el modelo de 8,4 pulgadas. Desde 500 €/$ el modelo de 10,5 pulgadas.
Con Información de es.Gizmodo.com