Las operadoras tienen la culpa
Imaginen por momento que aparezca un servicio de mensajes de texto pre-instalado en absolutamente todos los teléfonos móviles, independientemente de si son smartphones o no, independiente del sistema operativo que usan, la marca, modelo, precio, tamaño de pantalla. Imaginen que ese servicio no requiera "registrarte", funcione desde el momento que se enciende el móvil por primera vez, que permita enviar fotos, videos, mensajes de voz cortos. Como un WhatsApp, pero universal, para todos.
Resulta que ese servicio existe. Se llama SMS. Todas las operadoras del mundo tuvieron una oportunidad brutalmente grande, de oro, para ofrecer un sistema de mensajería de texto extremadamente versátil, flexible y de escalabilidad simple. Pero lo dejaron ir, decidieron cobrar por mensaje enviado, decidieron hacerlo caro, aprovecharse de la necesidad de comunicación asincrónica de millones de clientes y no aprovechar la creación de una plataforma con un futuro inmenso.
WhatsApp es tan solo una consecuencia de la soberbia y la falta de innovación que las operadoras se imponen a si mismas. En su momento dije que WhatsApp se vendió barato y este tipo de impacto a la economía de las operadoras es una prueba de ello.
Hoy, tanto en España como en Latinoamérica, WhatsApp es imprescindible en la decisión de compra de un nuevo móvil, porque si no tienes la app, quedas socialmente excluido. Es la forma en que las personas se están comunicando. Sí, mañana puede ser que pierda popularidad, pero la sociedad migrará de forma vertiginosa a otro servicio y el efecto será el mismo.
Un estudio hecho por Ovum muestra que las operadoras telefónicas en todo el mundo mundo dejarán de facturar unos33 mil millones de dólares durante 2014 debido a la popularización de servicios de mensajería instantánea de texto como WhatsApp, iMessage, LINE, Telegram oBlackBerry Messenger. Un impacto grande para América Móvil, Vodafone, Telefonica y Verizon que tienen presencia en los mercados donde este tipo de aplicaciones son especialmente fuertes.
El número subirá a unos 54 mil millones de dólares anuales en 2016 cuando las apps y servicios de mensajería alcancen niveles de popularidad mucho mayores a los actuales gracias a millones de personas optando por ser parte de una comunidad y de evitar el pago por mensaje enviado (o recibido si están enroaming) que es habitual del servicio de SMS.