Sin dar fechas específicas o una línea del tiempo pero con el peso del compromiso de un Presidente, Biden, convertirá en autos eléctricos a 645 mil vehículos federales. Estos se dividen entre los 173 mil vehículos militares, los 245 mil civiles y los 225 mil que pertenecen al servicio postal.
“El gobierno federal también posee una enorme flota de vehículos, que reemplazaremos con vehículos eléctricos limpios fabricados aquí en Estados Unidos por trabajadores estadounidenses”, dijo Biden en un mensaje.
Serían estos últimos los de interés inmediato pues la flota está constituida en su mayoría por un modelo de los ochenta, el Grumman, y los planes de renovarla ya se han pospuesto en varias ocasiones. Además, los vehículos que se usan para entregas postales son los más adecuados para una electrificación ya que hacen muchas paradas donde se apagan y encienden y tienen rutas consistentes.
Actualmente, el gobierno federal de los EE.UU., tiene varias opciones que están por entrar al mercado, como las camionetas Bright Drop de GM, que podrían entrar en estos planes.
Pero definitivamente la constructora que está en el momento y lugar adecuado es Workhorse. Una empresa basada en Ohio que desde sus orígenes en 2007 electrificando roadsters biplaza, pasando por la electrificación de la Chevrolet Equinox y la Jeep Grand Cherokee se ha especializado en hacer trenes eléctricos para su van comercial eléctrica que produce desde el 2015 en Union City, Indiana. Una buena señal para la empresa es que desde el anuncio del presidente Biden el valor de Workhorse en NASDAQ aumentó alrededor de un 10%.
La noticia es un gran paso para los autotransportes eléctricos y prueba de que no se quedó en promesa de campaña, pero Biden tendrá que demostrar que es serio al respecto e intentar plasmar los planes en los 4 años siguientes para evitar un posible viraje anti renovables como del que fuimos testigos con la administración pasada.
Finalmente, es importante que la administración dé estos pasos pero, al mismo tiempo, no descuide el desarrollo sostenible de toda la cadena de suministro, tanto de las baterías como de la generación eléctrica, para que, en sinergia, podamos asistir a un cambio de paradigma en la transportación de esta próxima década. Un cambio real y necesario hacia las energías limpias.