Esta plataforma se adelantó por mucho a su competencia, pronto millones de personas se enamoraron del concepto y del alcance que puede tener una grabación. De acuerdo con las estadísticas más actualizadas de la app, hay al menos 800 millones de usuarios activos que disfrutan de esta red social.
Entre bailes, coreografías sugerentes, historias conmovedoras, imitaciones graciosas; pronto personajes como Bella Poarch o la propia “Reina del TikTok” mexicana, Érika Buenfil, se hicieron de un lugar dentro de los creadores de contenido más reconocidos.
Sin embargo, esta app -al igual que otras plataformas- también oculta un lado oscuro. Una cara que pocos quieren aceptar o hacerse responsable de los efectos negativos que la idealización al respecto de estas grabaciones pueden hacer en la población en general.
“Se han convertido en el espacio en el que formamos y construimos relaciones, nos expresamos y aprendemos del mundo que nos rodea,”, expresó la investigadora Shirley Cramer en un estudio sobre el impacto de las redes sociales en los niños y jóvenes.
No todo es lo que parece, el lado oscuro de la app
Al respecto, el pasado 23 de enero se dio a conocer que en Italia decidieron bloquear la aplicación hasta el 15 de febrero después de que una niña de 10 años murió porque presuntamente intentó hacer uno de los retos populares de la temporada.
La principal razón del bloqueo se debe a que la plataforma no cuenta con los mecanismos para que los menores de edad verifiquen su edad en la app. TikTok permite a las personas abrir una cuenta a partir de los 13 años; sin embargo -como sucede en otras redes- no cuentan con un método para comprobar la edad de sus usuarios.
Y si para una persona adulta que cuenta con mecanismos de respuesta ante potenciales detonantes puede ser dañino su consumo; los videos que se comparten en la app pueden ser demasiado agresivos e incluso provocar ciertos malestares como ansiedad, depresión e insatisfacción en los menores.
Aunque en la plataforma hay contenido divertido, también hay videos que pueden provocar en los más pequeños tendencias ligadas a comportamientos negativos que pueden llegar a dañar su bienestar emocional e incluso físico, como le pasó a Antonella Sicomero en Palermo, Italia.
Incluso cuando parece que las redes sociales son una forma de mantener a la gente en contacto, también pueden ser una manera de abstraerse en una ficción que poco tiene que ver con la realidad; en un mundo en el que todo parece perfecto, pero detrás de ello hay gente que tiene los mismos problemas que aquellos que consumen su contenido.
¿Por qué es importante frenarlo?
Quizá has notado que conforme vas reaccionando a los videos de la app, alimentas tu algoritmo que hace que TikTok te muestre contenido similar. Por tanto, si tus hijas comienzan a reaccionar a contenidos relacionados con el ejercicio o la apariencia física, esto la podría llevarla a una red nociva de contenidos poco apropiados para su edad.
Para los niños sucede igual, historias de terror que pueden acabar en una mórbida búsqueda de videos cargados de efectos visuales que alteran sus sentidos o que los hacen más o menos susceptibles a ciertas demostraciones; esto por poner un ejemplo.
Hace unos meses también se dio a conocer la existencia de una red de contenido explícito de carácter infantil; un usuario se hizo pasar por la cantante Karol Sevilla; le hacía la plática a sus “fans” y al final les pedía toda clase de fotografías y videos íntimos que ponen en peligro a los menores.
Diversos estudios indican que los niños y jóvenes suelen sentirse peor al respecto de su imagen corporal -principalmente en Instagram-; mientras que Facebook llega a provocar ciberacoso y ansiedad.
¿Qué medidas tomar en casa?
Es fundamental supervisar el tiempo que los niños pasan en redes; verificar que esta interacción no interfiera con sus actividades diarias servirá como referente. También puedes comenzar a considerar establecer horarios fijos para que los menores entren a sus redes.
Otra medida que sugieren los psicólogos es hablar con los hijos sobre lo que vieron en redes, el cómo se sintieron y en qué medida esto les afectó. También es importante respetar su privacidad, pero también buscar el justo medio para estar al tanto del tipo de contenido que consumen.
Con información de El País, Healthy Children y Psychology Today