Eso significa que dicho almacenamiento no puede cambiarse. Por lo tanto, la idea de comprar un iMac con 256 GB de disco SSD para luego sustituir ese SSD por otro de más capacidad deja de ser posible. Aunque hay un rayo de esperanza: parece que los modelos con 4 y 8 TB de almacenamiento tienen un conector para expansiones.
El último paso antes de la imposibilidad total de ampliar nada
Este conector nos permitiría conectar más almacenamiento SSD, pero claro: para tenerlo disponible debes comprar los modelos a partir de 4 TB de almacenamiento, lo que supone un coste extra de 1.500 euros. Los modelos con 256 GB, 512 GB, 1 TB o 2 TB de almacenamiento no disponen de ese conector y por lo tanto no se pueden ampliar.
Y si aún así decides hacer el gasto, recuerda: abrir un iMac implica la pérdida total de su garantía. Si quieres ampliar su almacenamiento interno lo mejor que puedes hacer es acudir a un servicio técnico autorizado... u optar por la solución más fácil que es la de comprar discos externos.
Por cierto, y ya que hablamos de ampliaciones: sí, aún se puede ampliar la memoria RAM del iMac de 27 pulgadas a través de una trampilla trasera. No creo que sea algo que persista en cuanto nos vayamos a los ordenadores con Apple Silicon, me temo.