Justo cuando pensamos que Windows 7 había muerto, después de 11 años de existencia, Microsoft dio un paso atrás y le dará una última actualización para solucionar un pequeño -pero vergonzoso- error que, la que se suponía sería su actualización, traía consigo.
Se suponía que la actualización KB4534310 sería el último soporte que recibiría el Windows 10, pero gracias a que presentó un ligero error que provocó que los fondos de escritorio lucieran ligeramente mal, impidiendo que no se adaptaran completamente bien al tamaño de la pantalla, por primera vez en la historia de la compañía un sistema operativo que ya se había dado por muerto recibirá (una última) pero definitiva actualización. Al parecer Microsoft no quiere que su mítico sistema operativo desaparezca con un terrible bug como pésimo recuerdo… un capricho.
“Estamos trabajando en una solución y ofreceremos una actualización en una próxima versión que se lanzará a todos los clientes que ejecuten Windows 7 y Windows Server 2008 R2 SP1″, explicó la compañía.
Como la propia compañía recomendó, es mejor que en cuanto antes los usuarios de PC emigren de Windows 7 a Windows 10, dado que existe el riesgo de que al no recibir más actualizaciones de software y seguridad sus computadoras terminen infectándose de virus y malware.