El rey Midas de la tecnología, mr. Elon Musk –CEO de Tesla y SpaceX– declaró recientemente que Neuralink será capaz de curar enfermedades como la esquizofrenia.
En 2017, The Wall Street Journal explicaba que Neuralink tiene el objetivo de desarrollar tecnología que permita a las computadoras fusionarse con los cerebros humanos o, dicho de otra forma, que los humanos podamos darles órdenes a las computadoras sólo con nuestra mente.
Musk declaró en una entrevista dentro del podcast de Lex Fridman, Artificial Intelligence:
“Creo que al principio resolverá muchas enfermedades relacionadas con el cerebro. Por lo tanto, podría ser cualquier cosa, desde autismo, esquizofrenia, pérdida de la memoria, todo el mundo experimenta pérdida de memoria en ciertos momentos de la edad. Los padres no pueden recordar los nombres de sus hijos y ese tipo de cosas”.
Aquí se abre todo un abanico de preguntas, ¿cómo se cura la esquizofrenia?, ¿cómo curas el autismo cuando no se trata de una enfermedad, sino de un trastorno del desarrollo?, ¿la pérdida natural de la memoria es, necesariamente, un defecto?
Reglas éticas se ponen en juego con estas declaraciones de alguien que, en contraparte, insiste en que la inteligencia artificial tendría que regularse, y a pesar de que Elon Musk aseguró en el programa que Neuralink está dispuesta a abordar el riesgo existencial asociado con la superinteligencia digital asumiendo que, “No podemos ser más inteligentes que una supercomputadora digital, por lo tanto, si no puedes vencerlos, únete a ellos”. ¿En serio, esa es la solución?