Esa especificación está ahora finalizada (tenéis aquí sus 535 páginas) y el documento permite sacar conclusiones sobre las grandes ventajas de un estándar que avanza en muchos ámbitos importantes pero que también tendrá algún que otro inconveniente. Veámoslos.
Las ventajas
Si hay algo que ha hecho este estándar es adaptarse a los nuevos tiempos, tanto en su formato físico como en sus especificaciones, y eso precisamente es parte de lo que destaca en la nueva especificación, que cuenta con las siguientes grandes mejoras:
1.- Más veloz: la ventaja fundamental del estándar USB4 frente al recientemente anunciado USB 3.2 es su mejora en velocidad de transferencia, que se dobla y pasa de tasas máximas de 20 Gbps a tasas máximas de 40 Gbps. Por fin estará al nivel de Thunderbolt 3. Eso sí: la especificación de Intel lleva ya unos cuantos años en el mercado y comenzará a asentarse aún más a partir del año que viene gracias a su integración en muchos más equipos, sobre todo en portátiles. Cuiuidado, porque no todo son buenas noticias en esto: habrá soporte para 40 Gbps, pero no para todos los dispositivos, ya que en USBB4 se establecen tres tasas máximas de 10, 20 y 40 Gbps, que cada dispositivo podrá ofrecer según el fabricante que lo integre. Así pues, habrá puertos USB4 que solo lleguen a 10 Gbps y otros que llegen a 20 o 40 Gbps.
2.- Soporte universal de Thunderbolt 3: esa interoperatividad y analogía entre USB4 y Thunderbolt 3 es ahora mucho más fuerte porque Intel anunció que cedía la especificación de su estándar Thunderbolt 3 al USB-IF y la hacía "royalty free", lo que ha permitido que ambos estándares puedan "fusionarse" si los fabricantes optan por ello (no es obligatorio). Cualquier puerto USB4 podrá ser un puerto Thunderbolt 3 si se quiere, y no hay razones ni técnicas ni prácticas por las que no deban hacerlo, aunque puede que el coste influya en esa decisión.
3.- Mejor separación de datos y señal de vídeo: en USB 3 se usaban hilos distintos del cable para la corriente, los datos y la señal de vídeo, pero no siempre se podían usar todos a la vez. Con USB4 esto se mejora y si por ejemplo tenemos un monitor que usa 8 Gbps para su señal de vídeo, tendremos los otros 32 Gbps restantes para otros propósitos.
4.- El conector USB-C será protagonista: el cambio al conector USB-C fue muy bien recibido por ofrecer por fin un formato físico que competía con Thunderbolt 3 y con Lightning. Aunque ha introducido otros problemas, es una buena noticia que el conector no cambie, sobre todo teniendo en cuenta que aún estamos adaptándolo a nuestras vidas. Los móviles ya lo han integrado de forma masiva, pero la cosa aún no es tan evidente en portátiles y mucho menos en PCs.
5.- Compatibilidad hacia atrás: hubiera sido un desastre no tener en cuenta las especificaciones anteriores, y USB4 no lo ha hecho: podremos conectar dispositivos USB4 a puertos USB 3.2 por ejemplo o versiones anteriores con el conector USB-C. Eso sí, lógicamente en esos puertos no podrán usar todas las ventajas de la especificación USB4 y por ejemplo no podremos alcanzar esos 40 Gbps de transferencia si el dispositivo lo permite. Los cables que tenemos en casa también servirán para USB4, pero una vez más funcionarán con sus tasas máximas de transferencia, sean las que sean, no las de USB4.
Las desventajas
Las mejoras de la espeficicación son notables y bienvenidas, pero no todo son buenas noticias en una especificación que también introduce algún que otro problema:
1.- Tardaremos en verlo: lo que se acaba de publicar es la especificación del estándar, pero su llegada al mercado no será inmediata, y los fabricantes tardarán algún tiempo en usarlo reemplazándolo por el estándar actual. Probablemente veamos las primeras soluciones en 2020, pero no será hasta 2021 que esta especificación llegue de verdad al mercado de forma masiva.
2.- ¿Más caos?: estamos viendo aún cómo el caos USB-C hace que puertos en los que la interfaz es Thunderbolt 3 conviven con otros USB-C que usan USB 3.0, USB 3.1 Gen 1 o USB 3.1 Gen 2. El lío probablemente se ampliará con una especificación que lógicamente mantiene la retrocompatibilidad hacia atrás (no hacerlo sería un desastre) y que podría condicionar su aceptación por parte de usuarios e industria. Esperemos que el lío de cables y conectores se aclare y se ofrezcan medidas para no llevar a confusión sobre lo que podemos esperar de cada cable y cada conector. De momento, explicaban en Tom's Hardware, tendremos tres variantes "invisibles" de USB4 con velocidades distintas, y tendremos que fijarnos cuál es la tasa máxima que ofrecen esos puertos USB4 del dispositivo en cuestión, que será de 10, 20 o 40 Gbps, como decíamos anteriormente. Se espera que el particular infierno de nomenclaturas se mantenga y que la versión más capaz que transmite a 40 Gbps se denomine "USB4 Gen 3x2" para diferenciarlo de los otros dos. El horror.
3.- Coste más elevado: uno de los potenciales obstáculos para la adopción masiva de USB4 es el coste de estos puertos, que requieren componentes más caros que el actual estándar USB 3.2. Ese era precisamente uno de los problemas para Thunderbolt 3, que hacía necesario integrar ciertos chips y componentes adicionales y que por esa razón no vimos tan frecuentemente.
El CEO del USB Promoter Group Brad Saunders indicaba además que no se plantea lanzar nuevas versiones en las que el nombre de USB4 cambie a cosas como USB4.1 o USB4.2, por ejemplo, y que la idea es mantener el nombre USB4 para toda esta nueva era de dispositivos.
Puede, eso sí, que aparezcan mejoras en tasas de transferencia que harían por ejemplo que en el futuro tuviéramos un "USB4 80 Gbps", pero de momento estos organismos no han decidido de forma clara qué harán al respecto.
Con información | Xataka