Si eres una entusiasta de Tinder, quizá quieras echar un poco el freno: una nueva investigación publicada en Communication Studies (Estudios de comunicación) sugiere que escoger a una cita potencial basándonos solo en la atracción física podría estar entorpeciendo nuestra capacidad de encontrar una auténtica conexión amorosa.
Varios investigadores de la Universidad de Kansas querían comprender mejor cómo repercute el atractivo físico en las citas online y en la subsiguiente interacción en la vida real. Para este estudio, reclutaron a 65 hombres y 65 mujeres, todos ellos heterosexuales, y los dividieron en tres grupos. El primer grupo experimental calificó previamente una selección de 10 fotos de miembros del sexo opuesto basándose en el atractivo físico.
Después, todos ellos pasaron 10 minutos manteniendo una conversación con una de las personas que aparecían en las fotos y, más tarde, volvieron a calificar las fotos. El segundo grupo calificó 10 fotos y sus miembros se reunieron con una persona que no habían visto nunca antes. Y el tercer grupo interactuó con un miembro del sexo opuesto sin ver ninguna foto.
Tras las conversaciones, se pidió a todos los participantes que evaluaran su interés romántico y su interés sexual por la persona con la que habían hablado, además del nivel de atractivo social de esa persona. Después respondieron preguntas que medían su percepción de la inteligencia, las expectativas laborales, el humor y el factor de diversión de sus parejas.
Una de las cosas que descubrieron los investigadores fue que la calificación del atractivo aumentó después de que los sujetos se encontraran con su correspondiente pareja, especialmente si inicialmente habían juzgado su aspecto como normal o por debajo de la media.
“La percepción del atractivo físico cambia”, escriben los autores del estudio. “Una experiencia interpersonal positiva, especialmente si alguien es simpático o gracioso, puede inspirar una percepción mayor del atractivo”.
El estudio también sugiere que calificar previamente a las parejas potenciales ―es decir, dar un like en Tinder― coloca un cortafuegos en el encuentro en la vida real, disminuyendo el disfrute de la conversación con esa persona.