A través de su cuenta de Twitter, la NASA anunció la triste noticia de la muerte de Eugene “Gene” Cernan, el capitán del Apolo 17 y el último hombre que pisó la Luna. Esta noticia es tan relevante porque Cernan fue mucho más que un astronauta: la historia de este hombre es también la historia de nuestras ambiciones espaciales. Porque Cernan es una icónica figura de la época espacial, ya que a pesar de ser mucho menos conocido que Neil Armstrong, él clausuró una página primordial en la historia de la humanidad.
We are saddened by the loss of retired NASA astronaut Gene Cernan, the last man to walk on the moon. https://t.co/Q9OSdRewI5 pic.twitter.com/gPdFTnXF2C
— NASA (@NASA) 16 de enero de 2017
En el documental The Last Man on the Moon del británico Mark Craig, vemos una imagen cautivadoramente triste: Gene Cernan, el último hombre en pisar otro mundo, observa las ruinas de una plataforma de lanzamiento abandonada en Cabo Cañaveral. El viejo astronauta, decepcionado, se voltea hacia la cámara y dice: “creo que nunca debí venir de nuevo, el recuerdo que tenía de este lugar era tan hermoso…”
Esa fue la tristeza y la verdad de un hombre que marcó la historia al pisar por última vez la Luna. Y esto lo demuestra su creencia inquebrantable en la importancia de las misiones tripuladas al espacio. Cuando Gene Cernan iba a abordar el módulo para partir de la superficie lunar, dijo palabras de optimismo, directamente salidas de la decadente esperanza de que Estados Unidos continuaría la carrera espacial con el ímpetu de los años sesenta:
“Estoy en la superficie y, mientras tomo el último paso del hombre en la superficie, regresando a casa por un tiempo –y espero que no sea mucho tiempo– quisiera decir lo que creo que la historia atesorará: el desafío que hoy toma Estados Unidos forjará el destino del hombre mañana. Mientras dejamos la Luna, nos vamos cómo llegamos y, Dios mediante, regresaremos con paz y esperanza para la humanidad.”
Pero eso no sucedió así y Cernan se convirtió en el último hombre en pisar la Luna, como parte de aquella histórica misión del Apolo 17. Piloto, ingeniero, condecorado militar e insigne astronauta, este hombre que desafió el peligro toda su vida, descansa hoy después de inagotables 82 años de vida.
Cernan recolectó en su vida una cantidad impresionante de logros: fue un piloto con más de 5,000 horas de vuelo (incluyendo 4,800 horas de vuelos en jet); realizó más de 200 aterrizajes en portaaviones; fue el segundo americano en caminar en el espacio (el tercero en la historia); fue uno de los tres humanos en viajar dos veces a la Luna (en las misiones Apolo 10 y Apolo 17). Además, también tiene varios récords en su historial: el de mayor tiempo en la superficie de nuestro satélite, el de traer la mayor muestra de piedras lunares, el de mayor tiempo en la órbita lunar y el del más largo alunizaje comandado.
Su historia es, entonces, la historia de una época de sueños espaciales que se desvaneció: la historia de una carrera acelerada por llegar a las estrellas; la historia del hombre viajando más lejos, haciendo historia, viviendo los límites de sus posibilidades físicas. Ahora, a través de Elon Musk, estos sueños regresan con la posibilidad de conquistar Marte. Es una lástima que Cernan no vaya a estar aquí para ver, nuevamente, al hombre caminando en otros horizontes.
Para despedirlo, finalmente, podemos citar las mismas palabras que él dijo para despedir a Neil Armstrong, su colega y amigo:
“Donde sea que estés allá arriba, medio siglo más tarde, nos sigues mostrando el camino hacia las estrellas. Es para ti un nuevo comienzo y, para nosotros, te lo prometo, no es el fin. Mientras atraviesas los cielos, más allá de donde las águilas se atreven a ir, ahora puedes, finalmente, extender tus manos y tocar la cara de Dios.”
Que descanse en paz este gran hombre, este testimonio vivo de otras épocas, este viejo vaquero, explorador del gran vacío.
Fuente: codigoespagueti