A Vero, que sostiene que ama a Tabucchi
El 25 de marzo de 2012 falleció el escritor italiano Antonio Tabucchi, quien nació en 1943 en Vecchiano. La noticia pronto se propagó por diversos medios electrónicos, que a su vez la esparcieron a través de las redes sociales. No era para menos, pues con la partida de Tabucchi se fue uno de los autores más queridos en el orbe y una de las voces más coherentes y honestas de los últimos años en el panorama literario.
Este escritor cultivó lo mismo la novela y el teatro, que el relato y las crónicas de viajes de forma afortunada; fue dueño de un estilo sencillo, sin adornos, con una prosa potente y bella e historias que a más de uno han cautivado.
Antonio Tabucchi fue un apasionado de Fernando Pessoa y de Portugal. De hecho, la muerte lo sorprendió en Lisboa, esa ciudad que tanto amaba y que tan presente está en su obra. Incluso en sus páginas se siente ese aire nostálgico tan característico de los portugueses.
En esta ocasión me permito recomendar Sostiene Pereira (Anagrama, 1995), considerada la novela más importante del prolífico escritor italiano, uno de los más importantes autores de ese país de la segunda mitad del siglo XX y de principios del XXI.
Sostiene Pereira está ambientada en Lisboa, en el año de 1938, ante un país azotado por la dictadura de Salazar, los vientos de la guerra civil española y el acechamiento del fascismo italiano.
Cuenta la historia de Pereira, un periodista entrado en años que durante décadas se ha dedicado a la sección de sucesos en el periódico Lisboa.
Sin embargo, un día le es encomendada la tarea de hacerse cargo de la sección cultural de ese medio. Pereira es un hombre sin ideas políticas –o por lo menos no las expresa de forma abierta– que prefiere escribir sobre escritores desaparecidos, la literatura del pasado y cronológicas anticipadas.
En el día a día de Pereira conocemos trazos significativos de su vida, del pasado al que no renuncia por completo, las complicaciones de su estado de salud. Su esposa está muerta, pero el hombre habla con la fotografía de la mujer cada día: le cuenta los sucesos cotidianos, lo que come, lo que observa… con un lenguaje entrañable.
Con frecuencia aparecen las palabras “sostiene Pereira” a través de la novela, lo que convierte al texto una especie de declaración del propio Pereira ante alguna autoridad judicial.
Ante la carga de trabajo, el hombre busca a un colaborador. Entonces aparece Monteiro Rossi, a quien contacta para invitarlo a trabajar con él, luego de leer un artículo suyo en una revista sobre la muerte y los escritores.
No obstante, nada de lo que escribe Monteiro convence a Pereira, pues se trata de textos que no tienen que ver con los encargos, críticas feroces contra autores de los que no le han pedido su opinión…
Sin embargo, entre Pereira, Monteiro y su novia Marta –ambos con ideas políticas radicales de izquierda– nace una relación muy intensa que rompe la tranquilidad del primero, quien comienza a poner en la balanza su vida, lo que observa.
Pese a que rechaza complicarse la existencia con ideas extremas, debido un tanto a su edad, Pereira reflexiona y da una lección de fidelidad, de amistad… Un suceso cambia su vida para siempre. Un hecho acontecido en su casa.
Pero el desenlace da cuenta del tipo de persona que era Pereira. El viejo que conmueve hasta las lágrimas, que uno mira con sus pasos lentos recorrer Lisboa, que entra en establecimientos para pedir su comida que no cumple por completo la dieta recomendada. Un Pereira vivísimo, que no deja de hablar con la imagen de su esposa y, a fin de cuentas, muestra el rostro de la sinceridad, del ideal humano. Es una lección de lealtad para el lector.
Sostiene Pereira fue adaptada al cine en 1995 por el director Roberto Faenza, protagonizada por Marcello Mastroianni, cuya actuación ha sido calificada de «maravillosa». Aunque no es conocida, la película cuenta con una crítica que la coloca en buena posición.
Otras obras destacadas de Antonio Tabucchi son las novelas Tristano muere, Se está haciendo cada vez más tarde; los libros de relatos El tiempo envejece deprisa, Los volátiles del Beato Angélico, La dama de Porto Pim, El juego del revés, Pequeños equívocos sin importancia, entre otras, todas publicadas por la editorial catalana Anagrama.