I
Leí por primera vez a Jerzy Kosiński (Łódź, Polonia, 1933-Nueva York, 1991) hace unos quince años. En aquel entonces no sabía quién era el autor ni había escuchado nada de él. Adquirí Desde el jardín (una edición de Javier Vergara con cubiertas blancas, el título en letras grandes, doradas, y el nombre del autor escrito en azul) en una librería de viejo que estaba ubicada en la calle Matamoros del primer cuadro de Cuernavaca.
Recuerdo que me animé a comprar el libro por una frase atribuida a Luis Buñuel escrita en la contracubierta: «…Quizás el libro que más me ha impresionado». (Años más tarde supe que la frase no se refería a Desde el jardín, sino a El pájaro pintado, del mismo Kosiński).
Por aquellos años no tenía libros acumulados ni lecturas pendientes. Así que me puse a leer la novela en mención el mismo día que lo adquirí. De alguna forma, desde los primeros párrafos me di cuenta de que era distinto a lo que había leído hasta ese momento.
Con el paso de las páginas mi entusiasmo aumentaba porque realmente estaba disfrutando de esa lectura, que me vi obligado a suspender por algún motivo cuando comenzaba a caer la noche.
Unas horas después pude retomar la historia. Para ello me tumbé en un sillón desvencijado que había en mi pequeña habitación. Leí página tras página hasta que terminé la novela, poco después de la medianoche. El sabor que me dejó la obra fue muy grato y aún recuerdo con cariño esa lectura.
(El lector sabrá disculparme por el hecho de no abordar la trama de Desde el jardín, si es que no ha leído la obra. En todo caso, apelo a su curiosidad para tales fines. Sólo diré que el personaje principal, Mr. Chance, es acaso el primer influencer aparecido en la literatura).
II
Unos años después, en la misma librería (hoy ya no existe: cerró hace aproximadamente un par de años, a falta de lectores y por la absorbente renta), encontré El pájaro pintado (Pomaire, 1978), entre una pila de libros que estaba arrinconada.
Me entusiasmé de inmediato al reconocer el apellido del autor, pues tenía el antecedente y además supe entonces que Buñuel se había referido a esa novela y no a Desde el jardín con la frase mencionada unas líneas arriba.
Al igual que en la otra novela, no sabía a qué me iba a enfrentar, realmente. La obra aborda la Segunda Guerra Mundial desde la mirada de un niño “gitano o judío vagabundo”, cuyas andanzas en aldeas de un país de Europa del Este dan muestra de una serie de horrores propios de una guerra.
El infante deambula por sitios en los que no precisamente es visto con buenos ojos; debe enfrentarse a situaciones extremas que confrontan a la capacidad que tiene el ser humano de dañar al otro y a la de resistir a todo embate.
La lectura me significó un constante asombro, un ir a ciegas, acaso horrorizado y fascinado al mismo tiempo para la cantidad de escenas e imágenes brutales que conforman la obra, a través de un estilo más bien parsimonioso, lo que la vuelve más atractiva aún. Es una muestra perfecta de la poética del horror.
Se trata de la primera novela de Kosiński, publicada por allá de 1965. La obra despertó cualquier cantidad de críticas (entusiastas y no tanto); incluso el autor fue acusado de plagio, ya que –según se cuenta– la novela está llena de historias polacas aparecidas con anterioridad.
Desconozco si el plagio fue real. Lo que sí puedo decir es que El pájaro pintado es uno de esos libros que marcan la vida de un lector, pues se enfrenta a una narrativa poderosa y que deviene en reto seguir la andanada de imágenes que ofrece, todo en el marco de una guerra y lo que ello conlleva.
La novela ha sido reeditada e incluso en 2019 se estrenó una adaptación cinematográfica del director checo Václav Marhoul, en blanco y negro, con una fotografía impresionante.
III
Pasaron varios años para que me volviera a hacer de alguna obra del autor. Aun cuando llegué a ver un par en librerías de viejo y a pesar de los antecedentes que tenía del escritor, por alguna razón, no las adquiría.
Sin embargo, hace dos o tres meses, me lancé a la aventura de acudir a una casa cuyos propietarios estaban en proceso de mudarse de ciudad y eso se convirtió en motivo para deshacerse de su biblioteca. (Una biblioteca impresionante, cabe decir).
Entre otros tantos libros, me encontré con un ejemplar verde sin más imágenes en la cubierta que el nombre del autor, el título de la obra, la colección y la editorial: Jerzy Kosiński, Pasos, ne (nueva escritura) y Losada. El año de edición es de 1969 (originalmente fue publicada en 1968).
La información contenida en la contracubierta no da muchas pistas acerca de lo que va la historia. De hecho, me parece que no hay forma de resumir la obra en unas líneas.
De entrada, se considera que Pasos es una obra inclasificable. Hay quienes opinan que es una novela y otros que consideran que se trata de un conjunto de relatos. Lo que sí se encuentra uno son fragmentos. Fragmentos no muy extensos que van cambiando de personajes y ambientes.
Llega un momento en el que uno se da cuenta de que está en medio de algo así como un campo minado en el que hay que dar pasos lentos, cuidadosos, para evitar la explosión, pues, tal como en El pájaro pintado, en Pasos (es la segunda obra de Kosiński) hay una serie de episodios perturbadores: violaciones tumultuarias, asesinatos motivados por el simple hecho de matar, concursos absurdos que devienen en alguna muerte, esclavitud sexual: todo aderezado con un lenguaje hipnótico.
Diríase que en algún momento el narrador pudiera ser el protagonista de varios de los relatos que se cuentan; que cabalga entre el cinismo y la ingenuidad por cada escenario que presenta al lector, mediante pequeñas dosis que lo mismo rayan en la brutalidad que en un fino erotismo que no deja indiferente al lector.
Si este fin de año buscan alguna lectura, Jerzy Kosiński es una opción recomendable. Algunas de sus obras aún se pueden conseguir en ediciones recientes. Aun cuando en su momento el autor figuró en las listas de éxitos editoriales, actualmente es poco leído y apenas si se conoce su nombre. Redescubramos, pues, a un escritor infravalorado que fue capaz de hacer que el lector se hunda en un pantano de dudas en el que no es posible diferenciar lo que es real de lo que es ficción.
TOMADA DE LA WEB
La obra del autor polaco ha sido traducida a más de treinta lenguas.