Las muestras de pésame se suceden en Hollywood ante la repentina muerte deAnton Yelchin, uno de los miembros más jóvenes de la venerada saga galácticaStar Trek. Yelchin, 27 años, falleció el domingo en un extraño accidente cuando fue atropellado por su propio coche en su casa.
“El actor Anton Yelchin falleció esta mañana en un accidente mortal”, fue todo lo que dijo su representante, Jennifer Allen, pidiendo en nombre de la familia que se respete su dolor. Según otras fuentes el cuerpo del joven intérprete fue encontrado en su domicilio por compañeros de trabajo que acudieron en su busca sorprendidos de que hubiera faltado a un ensayo.
La policía confirmó The Wrap que el cadáver de Yelchin fue encontrado aplastado por su propio coche contra el muro de ladrillos del buzón de la casa del intérprete en el barrio residencial de San Fernando, en Los Ángeles. Al parecer el coche estaba en punto muerto y todavía en marcha.
La noticia ha conmovido a la industria tanto por las circunstancias de su muerte como por el cariño que se había ganado un actor joven pero parte de una legendaria familia de Hollywood como la de Star Trek. La saga galáctica que creó Gene Roddenberry en 1969 ha perdurado durante generaciones hasta su última reencarnación en 2009 de la mano de JJ Abrams cuando un nuevo grupo de actores devolvió a la vida a los populares personajes de estas aventuras espaciales. Anton Yelchin se encargó del papel de Pavel Chekov que durante años había interpretado el actor Walter Koenig.
Ruso de nacimiento pero sin ningún acento en su vida real, Yelchin fingió un falso deje para este popular papel con el que se ganó al público y también a sus compañeros. “Eras brillante, amable, divertido y con un talento increíble. No te quedaste con nosotros lo suficiente.
Te echaremos de menos”, escribió Abrams de su puño y letra en una nota que difundió mediante las redes sociales nada más conocida la noticia. Todos sus compañeros de esta saga espacial utilizaron el mismo medio para ofrecer su último adiós. “Estoy hecho polvo”, concluía John Cho su mensaje de Twitter, a su lado en las tres películas de Star Trek que hicieron juntos, en su caso como el doctor Sulu.
“Nuestro amigo, nuestro camarada, nuestro Anton”, añadió Zachary Quinto, el nuevo doctor Spock. “No doy crédito. Jode mucho”, añadió Karl Urban, junto al resto en estas tres películas como Leonard McCoy. Yelchin, junto con el resto de sus compañeros, tenía pendiente de estreno la tercera entrega de esta rejuvenecida saga, Star Trek: Beyond. “Como miembro de la familia de Star Trek, era querido por muchos y será echado de menos por todos”, resumieron los estudios Paramount, encargados de esta franquicia. El estudio tiene previsto el estreno mundial de la cinta con un concierto en vivo durante la celebración de la Comic Con de San Diego el próximo 20 de julio.
Más allá de su popularidad como Chekov, Anton Yelchin se había labrado una interesante carrera artística tanto en grandes producciones como en el cine más independiente. Hijo de una pareja de patinadores artísticos el intérprete se dio a conocer con la película de Nick Cassavettes Alpha Dog (2006) donde trabajó junto con Justin Timberlake. También participó en una de las últimas encarnaciones de la saga de Terminator (Terminator Salvation, 2009) y acababa de participar en la nueva serie de animación Trollhunter para Netflix.
“Era el tipo más dulce, el más humilde, el más encantador y con más talento que te podías encontrar”, declaró su director, Guillermo del Toro, tras trabajar un año a su lado. El nacido en San Petersburgo (Rusia) también era una de las jóvenes promesas de Hollywood, entre los actores más comentados para interpretar a un joven Han Solo en las nuevas entregas de la saga de La guerra de las galaxias, codiciado papel que finalmente fue para Alden Ehrenreich.
Además de la que será su última entrega de Star Trek y de la serie de animación donde era protagonista Yelchin deja numerosos proyectos por estrenar, entre ellos el filme independiente Thoroughbred, la película de ciencia ficciónRememory, el drama We Don’t Belong Here, y la historia romántica Porto, que acababa de rodar en la ciudad portuguesa. | El País