A pesar de la fuerte lluvia, desde muchas horas antes de comenzar el concierto, miles de fans abarrotaron el Passeio Marítimo de Algés, en Lisboa, Portugal, ciudad en la que los de AC/DC retomaron su gira mundial, la cual hasta hace unos meses -para sorpresa de nadie- tenía localidades agotadas en casi todas sus fechas… pero, como sabemos, el vocalista de la banda, Brian Johnson, tuvo que abandonar la nave, por problemas de salud.
Nuevamente la maldición: a la muerte de su primer vocalista, Bon Scott; la demencia padecida por el guitarrista, Malcolm Young, y el arresto domiciliario del baterista Phil Rudd (y un largo ir y venir de otros integrantes), se sumaba el que parecía ser (ahora sí) el fin del conjunto australiano. La cancelación del tour era inminente, pero, sea por los intereses comerciales o porque de verdad aman lo que hacen, los miembros restantes no claudicaron y cedieron el micrófono a alguien no sólo bueno, sino urgido de credibilidad: Axl Rose.
Con una gira por venir con su banda original, pero con los promotores y seguidores algo indecisos, el de Guns N’ Roses no se podía dar el lujo de sus excentricidades del pasado, así que, aunque con pierna rota y todo, ayer demostró que de verdad quiere dar batalla. En Coachella y algunas presentaciones anteriores (incluyendo México), lo hizo evidente. Ayer simplemente fue la confirmación.
Sin la salida de Johnson, el de ayer hubiera sido como uno de tantos conciertos de AC/DC… es decir, increíble. Un set de poco más de dos horas de duración repleto de trancazos de principio a fin, con Angus Young que parece que, entre más viejo, más cuerda le dan. A eso añádanle una increíble producción, en la que luces, sonido, pantallas y fuegos artificiales, eran aderezados con elementos elaborados especialmente para cada una de las canciones. Las más espectaculares: “Thunderstruck”, “Hell Bells”, “Whole Lotta Rossie” y el gran final,” For Those About to Rock (We Salute You)”.
¿Y la voz de Axl Rose? Fregona: Rasposa, chillante y maciza. La de un wey que se la ha pasado chupando y fumando los últimos años y que, para cada canción le tenía que dar un sorbo a su “limonada”, con harto hielo, para que amarre. Ideal para la música de AC/DC ¿A la altura de Brian? Claro que no, ¿pero quién lo está? “Aquí hay un bar cerca en la que un tipo imita a Johnson a la perfección”, me dijo un tipo mientras esperábamos el acceso… pero después de pensarlo, aclaró: “pero creo que Axl dará buen espectáculo”. Para qué imitadores, cuando se puede tener a alguien original.
Se dice que en Bélgica cerca de 7 mil personas ya pidieron su reembolso. En Portugal también ocurrió. Fieles a la alineación de las bandas, siempre hay y es muy válido. Cuando murió Bon Scott, los hubo y se perdieron de Brian Johnson. Pero, para el público que sólo quiere pasar una noche de buen rock y disfrutar del legendario Angus y el renovado Axl… este nuevo AC/DC.
