Julio Preciado es para la banda y la tambora, la música típica del noroeste mexicano, lo que Julio Iglesias al pop internacional. Pocos cantantes son tan emblemáticos de los sones tradicionales de Sinaloa, el estado al noroeste de México que también es la tierra que vio nacer a Joaquín El Chapo Guzmán.
Como la Sierra Madre de Sinaloa, los sones de la tambora dividen opiniones entre los críticos de música pero son, sin duda, un éxito equiparable al de cualquier banda internacional. Ha vendido millones de copias como solista y vocalista principal de la Banda El Recodo (la decana del género) y la Banda El Limón. Sus giras consiguen llenos totales en el norte de México y el sur de EE UU. Por eso fue que, cuando en la mañana de este martes se conoció la noticia de su detención por el impago de más de 60.000 dólares en electricidad, la noticia corrió como pólvora.
El propio cantante difundió un vídeo horas después en el que aclara que "está bien" y minimiza el daño del proceso legal. Preciado salió libre tras el pago de una fianza.
Esta no es la primera vez que la música de Preciado salta de las páginas de espectáculos a la nota de sucesos. Su exrepresentante, Marco Abdalá, fue asesinado en enero de 2008. Le dieron dos tiros en la cabeza en el puerto de Mazatlán.
Y es precisamente esa, la tenue línea entre los cantantes populares, los deportistas, la música y el narcotráfico en México es la que ha colocado a celebridades como Preciado en el ojo del huracán. Preciado (1 de diciembre 1966, Sinaloa) saltó a la fama cuando se convirtió en el vocalista de la "banda más popular del mundo", una que fue fundada en 1938 y cuyo nombre es imposible de separar de Sinaloa: la Banda El Recodo. No obstante, por su popularidad ha sido acusado de actuar en presentaciones frente a los capos más poderosos de la región, afirmaciones que ha rechazado. | elPaís