LOS ÁNGELES, California.- Quizás no existe tal cosa como publicidad negativa y, bajo los reflectores, Joker (Guasón) está poniendo a prueba los límites de ese lugar común.
La película sobre el origen del clásico villano de Batman ha inspirado argumentos tanto a favor como en contra. Ha sido elogiada como la cinta que finalmente le dará un Oscar a Joaquin Phoenix, pero también acusada de “peligrosa”, “irresponsable” e incluso incitadora de actitudes antisociales.
La semana pasada, algunos padres de las víctimas del tiroteo de 2012 en un cine de Aurora escribieron al director ejecutivo de Warner Bros pidiendo apoyo para las causas antiarmas. El estudio emitió un comunicado diciendo que la cinta no es “ningún respaldo a la violencia del mundo real de ningún tipo”.
En sus 80 años como parte de la cultura popular, el Guasón siempre ha encontrado la manera de irritar -ya sea por el tipo de personas a las que el personaje atrae, lo que representa o incluso las historias que los actores cuentan sobre cómo se metieron en la piel de este villano. Pero quizás la mayor ironía esta ocasión es por todo lo que se ha dicho y escrito cuando la película ni siquiera se ha estrenado. Apenas llegará a los cines comerciales este jueves por la noche.
Inicio triunfal
Esto ha llevado a un estreno complicado para una película muy anticipada que tuvo un comienzo triunfal al debutar en el Festival de Cine de Venecia y alzarse con el León de Oro. Y mientras la mayoría de las reseñas han sido positivas, también ha sido muy criticada y esto ha puesto a los cineastas a la defensiva. Al director y coguionista Todd Phillips no le molesta el debate.
“Hablo de esto todo el día”, dijo. “No me da vergüenza”. Simplemente le gustaría que la gente la viera antes de sacar conclusiones.
“Es un poco problemático cuando la gente escribe artículos de opinión sin haberla visto, e incluso escriben en sus artículos ‘no necesito verla para saber lo que es’. Me parece asombroso, para ser honesto, lo fácil que la extrema izquierda puede sonar como extrema derecha cuando le conviene”, dijo Phillips. "En ese sentido me siento desilusionado”.
Las críticas previas al estreno son aún más desconcertantes para Phillips porque éste espera que la cinta inspire todo tipo de debates: sobre armas, sobre violencia, sobre el trato a las personas con enfermedades mentales.
“Parte de la razón por la que hicimos esta película es una respuesta al mundo de los libros de historietas en el cine”, dijo Phillips. "Como '¿por qué esto es celebrado? ¿Por qué es gracioso? ¿Por qué es divertido? ¿Cuáles son las implicaciones de la violencia en el mundo real?”.
La construcción de Joker
La película en sí es un estudio de personaje construido a fuego lento sobre cómo un enfermo mental de mediana edad llamado Arthur Fleck se convierte en el Guasón. La audiencia llega a conocerlo desde que trabaja como payaso contratado para eventos mientras vive con su madre en un apartamento derruido en Ciudad Gótica y se reporta ocasionalmente con una trabajadora social. Lleva consigo una tarjeta que le reparte a la gente para explicar que sus ataques de risa se deben a una condición mental. Su única alegría parece ser ver un programa nocturno conducido por Murray Franklin (Robert De Niro).
“La verdad es que lo ves y es desgarrador. Y él es desgarrador”, dijo Phillips. "¿Y sabes lo que pasa en las películas cuando tienes un mundo que carece de empatía y amor? Tienes al villano que te mereces”.
El papel ha sido por lo general difícil para sus intérpretes, y en Joker se sumó la complicación de que es más realista que la mayoría de sus representaciones previas, a pesar de que se desarrolla en un mundo ficticio. Para encarnar a Arthur y al Guasón, Phoenix investigó a varias personas que se abstuvo de nombrar.
"Siento que algunas de las personas a las que estudié lo que ansían es atención y notoriedad”, dijo el actor. “No creo que merezcan más de eso”.
También se sometió a una transformación física drástica que incluyó bajar unos 24 kilos con una dieta extremadamente restringida y la supervisión de un médico. Esperaba sentir “insatisfacción, hambre y cierto tipo de vulnerabilidad y debilidad”. Pero en vez descubrió que la delgadez extrema le proporcionaba una especie de “fluidez” física que nunca anticipó.
El rodaje también fue bastante fluido a su manera y Phoenix dijo que él y Phillips descubrían constantemente nuevos elementos sobre el Arthur y el Guasón.
“Parecía que había infinitas maneras de interpretar cada momento o cómo él podría comportarse en determinado momento, y no había ninguna que no tuviera sentido. Así que hacíamos escenas de diferentes maneras y en algunas lloraba, en otras hacía chistes y en otras estaba enojado, y era la misma escena, todas tenían sentido”, dijo.
Esto hizo que la experiencia fuera constantemente “emocionante” y “sorprendente”, pero interpretar a Arthur/Guasón también resultó ser “complicado e incómodo” para el actor de 44 años.
En cuanto a la posibilidad de que el público use al personaje como inspiración o excusa para portarse mal, Phoenix cree que eso es responsabilidad de cada individuo.
“Sí creo que el público debería ser desafiado y que debería saber la diferencia entre el bien y el mal. No creo que sea la responsabilidad del cineasta enseñar sobre moral”, señaló Phoenix. "Si no conoces la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal, entonces existe todo tipo de cosas que vas a interpretar como quieras”.
Tanto el actor como Phillips subrayaron que Joker no es una película para niños (Tiene una clasificación R, que requiere que los menores de 17 años vayan acompañados de un padre o representante al cine). Tampoco es una película para todo el mundo.
“Simplemente espero que la gente la vea y la tome como una película”, dijo Phillips. "¿Espero que a todos les encante? No, no hicimos la película para todo el mundo. Cada vez que alguien trata de hacer una película para todo el mundo, por lo general no es para nadie. Ustedes tienen una opción. La otra opción es no verla. Y eso está bien”.