El nuevo coronavirus parece llevar décadas circulando inadvertidamente en los murciélagos, según los científicos.
Los murciélagos de herradura son el origen más plausible del patógeno SARS-CoV-2, según investigadores dirigidos por Maciej Boni, del Centro de Dinámica de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Estatal de Pensilvania, en un estudio publicado este martes en Nature Microbiology.
El origen del virus ha sido objeto de mucho debate a medida que la pandemia continúa golpeando las economías y el número de víctimas mortales supera los 654 mil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado expertos a China para estudiar el tema este mes después de que funcionarios del Gobierno de Estados Unidos avivaran la especulación de que el patógeno escapó de un laboratorio chino.
El seguimiento del linaje del virus es crucial al principio de un brote porque puede permitir a las autoridades de salud separar a las personas del huésped animal del patógeno y, más tarde, ayudar a evitar futuras crisis de salud. Los investigadores advirtieron que otros linajes de virus en los murciélagos podrían tener el potencial de propagarse a los humanos.
Las conclusiones destacan lo “difícil que será identificar un virus con potencial de causar brotes humanos importantes antes de que emerjan”, escribieron Boni y sus compañeros. “Esto subraya la necesidad de una red global de sistemas de vigilancia de enfermedades humanas en tiempo real”.
El equipo de investigación reconstruyó la evolución del virus rastreando su historial de recombinación. Llegaron a la conclusión de que los pangolines probablemente no actuaron como huésped del virus, aunque los mamíferos escamosos pueden haber desempeñado un papel en la pandemia mediante su transmisión.