Las pruebas serológicas pueden identificar si una persona ha estado en contacto con el coronavirus.
Dichas pruebas se pueden dividir en dos grupos, los virales, llamadas PCR, que buscan detectar material genético del virus y los tests serológicos, de sangre, que buscan identificar si la persona han producido anticuerpos.
Las pruebas serológicas tienen diferentes presentaciones, pero básicamente buscan la presencia de anticuerpos de tipo IGM o de tipo IGG (uno de ellos o ambos) y en algunos se busca también linfocitos o células-T.
Los tests deben llevarse a cabo de preferencia tres semanas después de que la persona sintió los primeros síntomas del coronavirus. Si se lleva a cabo a los pocos días de que se sufrió la enfermedad, es probable que el resultado sea negativo, pues el cuerpo no tuvo el tiempo suficiente para generar los anticuerpos, en caso de infección.
Desde hace algunas semanas, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) avaló siete pruebas serológicas en México para detectar la presencia de anticuerpos contra el COVID-19.
Dichos anticuerpos se desarrollan para eliminar bacterias, virus, parásitos y hongos, además de toxinas producidas por estos microorganismos cuando invaden el cuerpo.
Si bien la dependencia dio luz verde al uso de estas pruebas, informó que el presentar anticuerpos protectores al virus, no excluye la posibilidad de una eventual reinfección.
Alemania, Corea del Sur e Islandia fueron los tres países que comenzaron con este tipo de pruebas.
Especialistas han dicho que las pruebas podrían servir para dar mayor seguridad a las empresas y a las personas para tener un retorno controlado a sus actividades.