China, y al menos tres regiones más del continente asiático, han tenido que lidiar las últimas semanas con un misterioso patógeno que ya ha sido identificado como una nueva cepa de coronavirus, de la misma familia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS). En una reciente actualización, se ha confirmado que el virus se contagia entre humanos, lo que significaría que su propagación podría ser más rápida y peligrosa.
Hasta el momento se ha detectado que 201 personas han sido infectadas por este nuevo virus denominado 2019-nCoV, que también ha provocado la muerte de al menos tres pacientes. Dos de ellos, de 61 y 69 años de edad, padecían enfermedades pulmonares. De acuerdo con el diario El País, estas dos personas fallecieron debido a complicaciones derivadas de la infección.
“En este momento, se puede decir que se confirma el fenómeno de transmisión de humano a humano”, dijo en entrevista con CCTV, el renombrado científico en la Comisión nacional de Salud, Zhong Nanshan, que en 2003 también ayudó a evaluar la magnitud del SARS.
Se cree que el brote tiene origen en la ciudad de Wuhan, la capital de la provincia Hubei, en China central. Y hasta el día de hoy, las autoridades chinas habían asegurado que no había indicios que la propagación del virus ocurriera de una persona a otra, aunque sí habían señalado que posiblemente provenía de un grupo de animales infectados en un mercado de mariscos y animales silvestres de este región. “La gente debería considerar la posibilidad de una transmisión sustancial de persona a persona con más seriedad que hasta ahora”, declaró a la cadena de noticias británica BBC el científico especializado en brotes epidémicos, Neil Ferguson.”Imagino que sería poco probable, dado lo que sabemos sobre los coronavirus, que la exposición a los animales sea la causa principal de tantas infecciones humanas”.
El virus provoca síntomas muy similares a los de neumonía, con fiebre y dificultades para respirar. Y aunque en un principio el nuevo brote provocó gran angustia y preocupación debido a su supuesta relación con el SARS, el fin de semana el Centro chino de Control y Prevención de Enfermedades aseguró en un comunicado que este nuevo virus “no es el SARS”, mientras que la Comisión Nacional de Salud china desestimó cualquier preocupación, catalogando la situación como “previsible y controlable”. Aunque eso sí, reconoció que era necesario “un seguimiento de cerca para descubrir nuevas mutaciones”.
Entre 2002 y 2003 el SARS terminó con la vida de más de 700 personas. | CE