La Real Academia de las Ciencias de Suecia anunció este martes que el Premio Nobel de Física 2017 es para los responsables de la detección de las ondas gravitaciones: Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne. El galardón se dividirá una mitad para Weiss y la otra para Barish y Thorne “por sus contribuciones decisivas al detector LIGO y a la observación de ondas gravitacionales”.
La confirmación de la existencia de las ondas gravitacionales fue considerada por muchos como el “descubrimiento del siglo”, pues se trata de un fenómeno que Albert Einstein estipuló en su Teoría de la Relatividad General y que, sin embargo, era prácticamente imposible de detectar. Gracias al trabajo de Weiss, Barish y Thorne en el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO, por sus siglas en inglés), en 2015 finalmente se pudo confirmar por primera vez lo predicho por Einstein hace poco más de un siglo.
¿Pero qué son las ondas gravitacionales? Algunos eventos de gran magnitud en el universo, como el Big Bang o el choque de dos hoyos negros, producen ondas que se propagan a la velocidad de la luz deformando el espacio-tiempo. Para entenderlo, hay que pensar en este fenómeno como las ondas que se producen en la superficie del agua al tirar una piedra en un charco.
El problema es que dichos eventos son tan lejanos que cuando las ondas llegan a la Tierra, éstas son extremadamente débiles. Por ejemplo, las ondas del choque de agujeros negros que se observaron por primera vez en septiembre del 2015, tardaron unos 1,300 millones de años en llegar a nuestro planeta.
De ahí la importancia de la labor de estos tres científicos y de LIGO en la detección de estos “ecos” del cosmos, ya que el estudio de las ondas gravitaciones permitirá conocer más de la historia del Universo, incluso momentos después del Big Bang.
FUENTE: The Nobel Prize