Son las 6:00 p.m. y, mientras que la luz del sol lentamente se esconde, un grupo de ganaderos acorrala a sus reses. Es una táctica defensiva para proteger al ganado de depredadores de todo tipo, pero especialmente de los murciélagos vampiro.
Estas criaturas del tamaño de una taza de té se zambullen entre los prados de noche y hacen pequeñas incisiones en la piel de las vacas.
No beben tanta sangre como para poner en riesgo la salud de un animal, pero la amenaza de que los contagien de rabia es suficiente para que los ganaderos busquen las cuevas de esos animales y les prendan fuego.
“Cuando despertamos y revisamos las vacas rápido, se distingue cuáles fueron atacadas. Tienen pequeñas heridas y manchas de sangre”, dice Ever Gómez Hernández, de 63 años.
Cuando él descubre una cortada, le aplica un antídoto tópico y espera que haya actuado a tiempo. De no ser así, una sola vaca con rabia podría contagiar a todo el rebaño, explica Epigmenio Cruz Aldan, curador del Zoológico Miguel Álvarez del Toro en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Pero mientras que los ganaderos luchan contra los murciélagos, Cruz Aldan y otros creen que sus métodos, en particular quemar las cuevas, pueden tener una consecuencia imprevista.
Hay tanta preocupación entre grupos de ecologistas por los murciélagos de México y de países en Centroamérica, que algunos biólogos y aficionados organizaron un conteo anual formal para seguirle la pista a la diversidad de las especies de murciélagos.
Llamado el Conteo Navideño de Murciélagos Mesoamericanos, pues sucede cada diciembre, el evento le da la bienvenida a quien esté interesado en aprender sobre estas criaturas.
“Se invita a la población en general para que los vea de cerca, conozcan sobre sus hábitos y sobre todo que no son animales que causan daño sino que por el contrario son importantes para controlar plagas de insectos, polinizar plantas y la germinación de algunas semillas”, explica el biólogo Carlos Mauricio Cruz Durante, coordinador del conteo en Chiapas y miembro del equipo de Áreas Naturales y Vida Silvestre de la Secretaría.
El conteo no se enfoca en el número total, sino que está centrado en monitorear la diversidad de especies.
Un informe de 2011 de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad encontró que, de 1,100 especies de murciélagos que existen en el mundo, aproximadamente 140 viven en México y de esas 90 especies habitan en Chiapas.
Los murciélagos vampiro no habían sido considerados una amenaza para los humanos hasta hace poco. Una investigación publicada en 2016 en la revista académica Acta Chiropterologica encontró evidencias de que los murciélagos vampiros en Brasil habían consumido sangre humana, un cambio que señala un potencial aumento de la transmisión de la rabia a los humanos.
Pero ese cambio no ha disuadido a las personas que asisten al evento de conteo de murciélagos.
“¡Pobrecitos murciélagos! Las personas les tienen miedo y no los quieren”, dice María Cristina Cruz Gómez, de 33 años, que está convencida de que es necesario proteger a estos animales de quienes creen que son criaturas sobrenaturales y violentas.
“No hay mucha información sobre los murciélagos y los beneficios que estos traen para el ecosistema”, dice. “Y es triste porque películas donde los murciélagos atacan a las personas, esas sí abundan”, agrega.
Pedro Sánchez Moreno, un biólogo y el director del equipo de Áreas Naturales y Vida Silvestre de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural, dice que el conteo de murciélagos ayudará a que las personas entiendan el rol que estos animales juegan en el ecosistema.
Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.